Sin casas para ofrecer ni capacidad en los albergues, el régimen cubano “condena a muerte” a las familias damnificadas por la crisis de vivienda. Sus vidas y las de sus hijos está en manos de Dios y de un régimen que no los protege.
Ese es el caso de la familia que componen Jorge Luis y Elizabeth, junto a sus dos niñas. Ellos viven en un edificio con riesgo de derrumbe total en la calle Damas #905, municipio de Habana Vieja; según reseña Cubanet.
Parte de la escalera para acceder a los dormitorios se desplomó el pasado 20 de mayo de 2018 y el 12 de octubre se terminó de derrumbar. Antes de eso, por el temor de que se cayera con ellos encima, la familia llegaba a los cuartos por la azotea del consultorio contiguo y a través de la ventana del baño. Sin embargo, lo que le ocurrió a la escalera puede pasarle al resto de la casa en cualquier momento.
Ante esa situación y pese al abandono que han tenido por parte de las autoridades, acudieron a los organismos competentes. Funcionarios visitaron el lugar para instalar una escalerilla de madera y nada más.
Acciones
Los afectados aseguran que las autoridades dejaron los escombros de la antigua escalera donde cayeron, ignoraron la baranda de hierro yace a un costado de los peldaños; situación que también produce un riesgo.
Y no es que la escalerilla de madera haya solucionado el problema. Sus vidas siguen en riesgo en esa vivienda.

Sin darle ningún tipo de esperanzas, las autoridades han dicho a Elizabeth que debe esperar “a ver si aparece algo, o decomisan alguna casa”. Eso haciendo creer que las viviendas decomisadas terminan usándose para solucionar el problema de familias damnificadas, pero no es así.
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La verdadera solución es la intervención y reparación profunda de la vivienda, pero eso no lo puede garantizar el régimen. La opresión y la persecución por razones políticas sí.
Redacción Cubanos por el Mundo