La melancolía del tango en La Habana pudiese parecer desde afuera que no va con la personalidad del cubano. No sería el contraste de los colores de antaño y de la vida y fulgor que ha aportado la salsa.
Pero mucho antes de que sonara el movido género, la música de la Isla tenía una gran influencia del tango argentino, un género muy popular en la mayor de las Antillas, asegura un reciente reportaje de Reuters.
Desde la instalación del comunismo en Cuba, se borró en gran medida, debido a que sus mejores músicos y bailarines emigraron tras el colapso económico de la Isla en 1991.
Ahora La Habana, cuenta con la academia de Agustín García y el estudio de arte Ojo del Ciclón , que recibe milongas varias veces a la semana en medio de sus eclécticas obras de arte, informa Reuters.
La agencia le hizo seguimiento, a los entusiastas que le están apostando a revivir el legado del tango en la tradición cubana.
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En la expansión de la isla para incrementar su atractivo turístico, existen quienes siguen adentrándose a su legado cultural. Recuerda la agencia, el maratón de tango lanzado hace dos años y el festival anual de tango en La Habana.
Pero ahí no queda. También se ha hecho cotidiano, que se organicen clases regulares u otro tipo de eventos relacionados al baile. Incluso, agrega la agencia, que durante el mes pasado, fueron los anfitriones de la primera ronda clasificatoria del Caribe para el Campeonato Mundial de Tango en Buenos Aires.

“El tango corre por las venas de los cubanos debido a su ritmo”, dijo Agustín García, de 34 años, quien dirige una milonga semanal en un paseo central de La Habana, bordeada de árboles, y está convirtiendo su departamento en una academia de tango.
“A veces, cuando estoy enseñando, es increíble lo rápido que los estudiantes comprenden los pasos”.
Con tango en La Habana
La historia del tango, de origen africano, se usó en toda América Latina a fines del siglo XIX para describir las reuniones sociales donde los esclavos y los negros libres bailaban al son de los tambores, dicen los historiadores.
Lo que ahora se conoce como Tango Argentino, como música con letra y baile en pareja, surgió más tarde ese siglo en las zonas portuarias de clase trabajadora entre Argentina y Uruguay como una fusión de géneros llevados allí por marineros e inmigrantes.
Eso incluía la Habanera, el baile de La Habana, una mezcla de ritmos africanos y elementos musicales europeos, lo que explica quizás por qué el tango terminó siendo tan querido en La Habana.

“La Habana fue el segundo lugar más importante para el tango en el mundo en la década de 1950”, dijo Félix Contreras, un académico cubano de 79 años que escribe un libro sobre el fenómeno. “Había tantas orquestas, clubes y cabarets como en Buenos Aires”.
“Todos los artistas de tango argentinos vinieron a cantar a La Habana”, dijo Contreras, quien conoció a varios, incluyendo a Osvaldo Pugliese y Astor Piazzolla. “De hecho, cuando (el cantante Carlos) Gardel murió en un accidente aéreo, se dirigía a La Habana”.
Además la galería prepara clases gratis organizadas por maestros argentinos, además de distribuir donaciones que reciben del extranjero en ropa y zapatos de tango de segunda mano, que no son posibles adquirir en Cuba.
“La comunidad ha crecido mucho en los últimos dos años”, dijo el dueño Leo de Lázaro, de 54 años. “La danza es parte de lo que son los cubanos”.
Redacción Cubanos por el Mundo