El régimen castrista se jacta de decir que Cuba es “la potencia médica“, sin embargo, se niegan a prestarle ayuda a un cubano que está postrado en una cama y su hermano no tiene los medio para atenderlo.
Adalberto Cruz, de 61 años, tiene aproximadamente 17 años postrado en una cama y ante la necesidad luego de quedar inválido. Su hermano Ener Cruz, ha pedido al gobierno que le ayude, pero lo único que hacen es “pelotearlo” de un sitio a otro.
Las falsas promesas de los hogares de ancianos administrados por el régimen cubano, donde Ener exige que ingresen a su hermano postrado, llevan ya dos meses, a pesar que hay camas disponibles.
El pobre anciano vive sólo, no tiene quién lo cuide y no es capaz de valerse por sí mismo, unicamente su hermano le presta la atención hasta donde puede, pues según su relato, no sabe cocinar y actualmente no está trabajando, por lo que no cuenta con los medios para alimentarlo y asearlo.
El hambre en ambos es evidente, sus cuerpos se ven débiles, sin embargo, Ener saca las fuerzas de su corazón para levantar a su hermano para llevarlo al baño y sentarlo de vez en cuando en una cama.
“El 14 de febrero me quedé con mi hermano que está postrado, se habló con la trabajadora social, dijeron que le iban a dar solución a eso, pero no le daban solución y me tuve que coser la boca”,
detalló Ener Cruz en una entrevista para Cubanet.
Dijo que luego de la consulta con la trabajadora social, fue citado a la Seguridad del Estado, donde le dijeron que la atención para Adalberto estaba resuelta, que esperara una semana más: “Y ya tienen la cama y todo arreglado, pero llevan dos meses peloteándome y no hay solución”.
Lo único que el enfermo percibe, son 215 pesos a través de una chequera, lo que rinden para adquirir los alimentos, tabaco y mdicamentos, entre ellos el nitrazepán, que casi nunca tiene.
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Desde hace una semana, Adalberto solo desayuna, ya que su hermano se niega a buscar un almuerzo diario que le ofrece la seguridad social, porque si insiste en retirarla, no le prestaran la atención que necesita.
“Cuando llegas ahí no hay medicamentos ni hay nada. De aseo, cada tres meses o cuatro le dan unas pastas de jabón de lavar y unas de baño (…) A él le daban un almuerzo, una comida con chícharo permanente, arroz blanco y un platico fuerte: un pedacito de pollo, picadillo… Había que ir a buscarlo y yo desistí de ir a buscarlo porque mientras siga así, ellos no van a hacer nada”.
Finalmente, Ener precisó que según lo que le dicen en la casa de ancianos, la cama está, pero solo le falta una firma de alguien que no aparece: “No quieren atenderlo”.