Esta pareja de cubanos salió de Cuba por la fantasía vendida de un familiar sobre la espléndida realidad en Salvador, Brasil. Al llegar, la vida se encargó de mostrarles que no todo lo que brillaba era oro (como les habían descrito) pero juntos, Patricia Girbau y Fernando Martínez, están logrando salir adelante. Hoy, solo anhelan el momento en el que puedan reunir a toda su familia, pues su hija de 10 años, aún está en Cuba, junto a sus abuelos.
Los cubanos vendieron su casa para poder irse hacia Brasil; el dinero no les alcanzaba para poder irse los cuatro miembros del núcleo de los Martínez, por lo que la mayor de los dos hijos, tuvo que permanecer en la isla. Mientras, Patricia, Fernando y Daniel, buscarían la forma de triunfar en Brasil. Y van bien encaminados, aún en medio de la pandemia por coronavirus. Están en trámites de su condición de refugiados, cerca ya de alcanzar el año de permanencia en la región de Bahía; aún deben esperar un año más para tramitar el viaje de su hija, mientras reciben la aprobación de su estatus, que parece estar encaminado.
Desde hacía muchos años anhelaban poder abandonar la isla pero la limitación económica contenía sus sueños de buscar futuro en otras fronteras, según describen para BBC. Fue entonces cuando decidieron vender la casa, en vista de que con el trabajo de ambos, a pesar de tener títulos universitarios y trabajos complementarios, no lograban resolver los gastos de su familia.
Luego de casi un mes en su cruzada por llegar a Brasil, la pareja de cubanos se topó con que la promesa vendida por el primo de Fernando de las oportunidades laborales, y formas de vida, era una mentira. “Todo lo que decía estaba bien, no era cierto. Estaba él en una mala situación, sin poder recibirnos”. Esta situación los hizo evaluar si debían volver a Cuba. Sin embargo decidieron establecerse y consiguieron la solidaridad de quien, se suponía les rentaría un hogar, pero terminó convirtiéndose según ellos reconocen, en una madre.
“Cuando habló con nosotros y nos conoció un poco más, no quiso cobrar el alquiler. Porque sabía que era difícil conseguir un trabajo y quería ayudar. Es como una madre para nosotros aquí, tenemos algún problema y pronto corre a ayudarnos”, contó Patricia.
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Solidaridad en acción y trabajo: las claves de las oportunidades para estos cubanos
Hoy, han encontrado en la venta de pan bahiano a través de redes sociales, una solución para percibir ingresos, al punto de no darse abasto con la cantidad de clientes. Se trata de un tipo de pan que lleva queso y que le ha funcionado, bautizándolo como Patrípan – Pãozinho Delícia. Comenzaron a vender el producto a través de las redes sociales, con un servicio de entrega. Unos días después, comenzaron a llegar pedidos de todo Salvador. Para manejar las entregas, tienen que trabajar todo el día e incluso de noche.
Una red de solidaridad empezada por Doña Cica, quien les dio acogida y desde entonces, de tantos brasileños que se han ido sumando a apoyarlos, le ha ofrecido a los cubanos la oportunidad de seguir adelante.
“Sé que tengo que quedarme aquí, aunque todavía no tengo un trabajo fijo. Espero que en algún momento pase algo. Aquí si tienes libertad, puedes viajar, dar un paseo, no tiene precio. En Cuba eres un preso y la libertad es lo más importante que puede tener una persona”, finaliza la mujer.
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Redacción Cubanos por el Mundo
