¿Por qué no hay leche en Cuba? Es esa una interrogante que se ha dejado de hacer desde hace mucho tiempo el cubano de a pie. Pero los números, no engañan. Los números develan la realidad de la producción en la isla y con ello, de a quienes debería ir dirigido el reclamo pertinente, oportuno y certero.
Desde Camagüey, la prensa oficial admite que la situación en la provincia es de alarma. Solo para el cierre del mes de julio, llevaban un acumulado de 29 mil 407 muertes de vacas reproductoras y el 58 por ciento de estas muertes, se deben a las condiciones de desnutrición de los animales. La falta de infraestructura del sector productivo de la isla y con ello, la dependencia de las “bondades de la naturaleza”, dejan a los animales a merced de lo que el clima pueda brindar, sin un programa de soporte que garantice la sustentabilidad de la producción de leche en Cuba y con ello, la protección de los animales.
“Para que se tenga una idea, si un animal deja de beber agua por 24 horas pierde el 10 % de su masa corporal y en 72 horas está en situación de depauperación”, dice el reportaje de Adelante, que recoge cómo las condiciones de “año bisiesto” habrían provocado el déficit de producción de leche a las metas nacionales, aunque en realidad, los números demuestran otros aspectos mucho más interesantes.
¿Cuánto cuesta la muerte de una vaca productiva en Cuba? 30 pesos en moneda nacional. Esa es la realidad. Agrega el reportaje que además de lo prometido de sembrar alimentos para con ello, sostener al ganado y buscar formas de que cuenten con el agua necesaria para mantener a los animales, la realidad es otra. Estiman que solo el 9 por ciento de las unidades que están dedicadas a la cría bobina, cuentan con lo necesario a nivel de bioseguridad para operar, pues todo el restante afronta los embates de la sequía, esa que conocen muy bien los cubanos que no reciben el suministro de forma eficiente.
Desde 2019, Miguel Díaz-Canel cacarea sobre la necesidad de colocar la producción nacional en Cuba como una “prioridad”, y con ello dejar en primera fila lo que se necesite importar para andar los sectores. Pero la práctica muestra lo contrario. Termina admitiendo el reporte que las fallas en la producción de leche se deben directamente a las condiciones actuales de los animales y la forma en las que son manipulados, sin recibir el respaldo necesario para sacarlos a flote.
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Redacción Cubanos por el Mundo