El “hombre nuevo” de la revolución cubana sigue atentando contra el pueblo. Cada vez se hacen más recurrentes las denuncias en el noticiero de la televisión cubana sobre los funcionarios castristas, tanto de “alto rango” como “los de abajo”, que están involucrados en esquemas de corrupción propiciados por el propio sistema comunista.
Si bien los medios castristas lo reseñan como una forma de dar a entender que se está “trabajando” contra el acaparamiento y la reventa de producto, esto solo deja algo claro, la corrupción es un cáncer que se extiende por todas las ramas del poder en Cuba y solo caen aquellos considerados “chivos espiatorios”.
El más reciente caso fue el de un funcionario castrista que fungía como directivo de una empresa láctea en Camagüey que fue enviado a la cárcel por presuntamente robar bolsas de sustituto lácteo para luego venderla como si fuese leche en polvo. El sujeto había robado 51 conos de nylon para envase de leche en polvo, ocho sacos de sustituto lácteo de importación, máquinas para el sellado y una carretilla industrial.
El directivo había organizado su propia red de distribución a costa del dinero que presuntamente debería ir dirigido para beneficio del pueblo cubano. Este tipo de esquemas de corrupción viene evidenciándose desde hace varios años, pero ahora el régimen los saca a la luz para quedar bien ante los cubanos, cuando la realidad es su propio sistema el que propicia estos actos.
Otro caso es del subdirector técnico de la Empresa de Mercados Agropecuarios en La Habana, que fue llevado a prisión por el presunto delito de reventa de productos agrícolas a la población, generando pérdidas al régimen castrista de unos 10 millones de pesos.
Hace seis meses se conoció sobre el arresto de varios funcionarios castristas ligados la Empresa Provincial de Gastronomía, Alojamiento y Recreación de Cienfuegos señalados de “malversación” por, presuntamente, desviar los recursos destinados para los pacientes del centro de aislamiento Villa Perlazúcar.
“Allí, una parte de lo destinado por el Estado para la atención a los pacientes y personal de salud resultaba inescrupulosamente malversada por administrativos del lugar”, detalla el medio oficialista 5 de septiembre para describir la situación. Al parecer, los funcionarios castristas revendía los alimentos destinados para los pacientes a la población, logrando facturar unos 45 mil pesos cubanos bajo este esquema.
Pero la corrupción no solo se encuentra en las empresas de producción de alimentos, esos que tanto necesita el pueblo cubano y que escasea por la falta de producción, sino también está en las bodegas, los sitios donde supuestamente acuden las personas para comprar “algo” para comer.
El pasado mes de julio surgió la denuncia de que en una bodega de Villa Clara, le roban libras de peso a las personas, es decir, presuntamente la balanza usada para pesar los productos estaría “modificada” para ofrecer menos de lo que se está pagando.
La cubana Alina Amaro Blanco denunció en redes sociales que fue víctima de un robo en la bodega «Rancho Grande» de dicha provincia, pues al llegar a su casa y pesar lo que había comprado, “faltaba mucho”.
“Llamé a la policía a las 6:30 pm y no ha llegado nadie. Si la policía no se presenta a hacer su trabajo ya ustedes son testigos de este descaro, le roban al pueblo con el cuento: ‘si ya saliste de la bodega, te jodiste’”.
Es así como el sistema comunista, en todas sus áreas, está pensado para una sola cosa, dañar al pueblo cubano a como de lugar, no solo basta con condenar a los cubanos al hambre y a la represión.
Redacción Cubanos por el Mundo