La señora Marelis Matos Guzmán, vecina de la calle 49 entre 36 y 46 número 3622, en la Isla de la Juventud, es una persona con discapacidad que solicitó al régimen ayuda para una vivienda, pero lo que recibió fueron tejas.
La señora Marelis no tiene casa propia, vive con su hijo y pidió un subsidio al castrismo porque tiene problemas con la propietaria del lugar donde habitan.
La señora que necesita una vivienda, además es integrante de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores y trabaja como secretaria en la sala de Terapia Infantil y Neonatología del hospital general docente Héroes del Baire, desde hace 20 años.
Según información del periódico Victoria, la señora acudió a la dirección municipal de la vivienda para solicitar un subsidio en la convocatoria de febrero del 2020.
Un año después recibió la respuesta de que este no fue aprobado supuestamente por su valoración socioeconómica, pero la realidad es que el castrismo no ayuda a nadie, solo crea programas que hace llamar de “ayuda social” para que los cubanos crean que tendrán el apoyo del régimen, pero todo queda en una mentira.
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El máximo líder de la dirección municipal de la vivienda del castrismo, Roberto Fernández Ávila, y la jefa del departamento de Atención a la Población, Claudia Suárez Álvarez, afirmaron que en respuesta a la necesidad de la señora, le asignaron tejas para la construcción de su vivienda, alegando que ni la señora ni su hijo son afectadas por ningún evento meteorológico.
Asimismo la invitaron a acogerse al plan del esfuerzo propio para la construcción de su casa.
El castrismo en el país se burla de la necesidad y las condiciones precarias de vida de los cubanos, en vez de brindar protección social a los habitantes del país.
Como la señora Marelis Matos, discapacitada y con un hijo, hay muchos casos más en la isla, desprotegidos por un régimen que solo atiende sus propios beneficios económicos, mientras los ciudadanos se mueren de hambre y necesidad.
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Redacción Cubanos por el Mundo
