La señora Noemí Francisca García residente de La Habana, es una anciana entre todas las cubanas que tienen que pasar horas en colas para poder conseguir sus medicamentos.
Noemí contó que la última vez, hace pocos días, pasó 12 horas esperando en una cola en la farmacia 729 de Coco, entre San Benigno y San Indalecio, para obtener sus medicamentos por el tarjetón
La anciana contó a Juventud Rebelde, que a las cinco de la mañana llegó a la cola con una botella de agua y su merienda, para evitar una hipoglicemia, que en algunas oportunidades le ha dado porque es diabética insulinodependiente e hipertensa.
Relató que la administradora de la farmacia informó los medicamentos que iban a vender y la cantidad por persona, pero hasta las doce del mediodía informaron que se habían acabado y ella no alcanzó a comprar, por eso decidió continuar esperando, hasta que finalmente, doce horas después, a las 5 de la tarde pudo adquirir lo que necesitaba.
Sin embargo, la anciana denunció que enfermeras que no estaban haciendo la cola, entraban con la excusa de hacer una pregunta, y salían con medicamentos, mientras que los que estaban desde hace horas esperando, tenían que estar afuera aun sin comprar.
“Por allí pasaron varias enfermeras con el pretexto de hacer una pregunta y todas salían con medicamentos”, expresó.
La anciana de 65 años exigió a la dictadura cubana poner orden ante esta situación que representa una falta de respeto para quienes se esfuerzan por asistir a la farmacia en busca de un medicamento necesario para su salud.
Expresó que casos como los de las enfermeras que compraban de manera irresponsable, ocurren desde hace meses, y aunque los presentes exigen sus derechos, nadie les hace caso, ni les presta atención especial a los ancianos y mujeres embarazadas y con niños pequeños.
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Redacción Cubanos por el Mundo
