Mirian Gutiérrez es la madre cubana que mediante una entrevista al medio independiente CubaNet, denunció las deplorables condiciones en las que se encuentra el Hospital Infantil Sur, conocido como La Colonia, ubicado en Santiago de Cuba.
Según la información suministrada por la antillana, llegó a dicho centro con su bebé de tres meses, quien presentaba un cuadro agudo de diarrea y fiebre, luego de que fuera remitido desde su centro de salud en el municipio Songo La Maya, en donde residen.
Gutiérrez aseguró que, para poder llevar a su hijo a dichas instalaciones, tuvo que quitarle de las manos la remisión a la doctora que estaba viendo al pequeño en el centro de salud, y realizar el traslado por sus propios medios, debido a que la ambulancia que los transportaría nunca llegó.
“Mi esposo alquiló un carro y llegamos a mediodía al Hospital. Como era de esperarse, el cuerpo de guardia estaba lleno, y había una sola doctora para atendernos a todos”, recordó la antillana, quien aseguró que, su hijo, por ser aún lactante, fue atendido poco tiempo después, suerte que no corrieron los demás niños que esperan por atención médica.
“Era un verdadero infierno”, denuncia madre cubana
Debido al cuadro de salud que presentaba el pequeño, la doctora que lo atendió les informó que, sería ingresado en la sala de gastro, para evitar una deshidratación, asegurándoles que dicho espacio “tenía todas las condiciones creadas para la estadía de niños pequeñitos como el suyo”.
Al llegar a dicha sala, Mirian se encontró con la dura realidad de los hospitales cubanos, allí debería quedarse cinco días porque su hijo entraría en un ciclo de antibióticos, puesto que, la diarrea que presentaba, al parecer, era de origen bacteriano, diagnóstico que le dieron sin realizarle ningún tipo de examen al pequeño.
“Desde que entré a la sala todo me pareció viejo y sucio. Enseguida, la doctora, muy cariñosa por cierto, me leyó un reglamento en el que me advirtió que no podíamos salir del cubículo porque allí había niños con enfermedades infecciosas que podían complicar a mi hijo. Entonces me pusieron en el primero, donde solo había una especie de cuna, un sillón y una mesita de metal. Todo muy funesto, la verdad”, recordó la antillana.
Para colmo de males, la habitación del bebé, donde solo había una ventana a dos metros del piso, quedaba al lado del baño, el cual apestaba y se mantenía mojado debido a un salidero de agua, allí debía asear al pequeño mientras lo mantenía alzado.
“Aquello era un verdadero infierno”, comentó indignada esta madre cubana, quien además denunció que, en alguna ocasión, tuvo que alimentar a su hijo con leche medio ácida debido a que era preparada en el día por las enfermeras y en la noche ya estaba cortada porque no era refrigerada.
Redacción de Cubanos por el Mundo
