Periodista castrista César Gómez.
Aquí vemos a César Gómez, con pañuelo rojo con la imagen del Asesino de la Cabaña, y a su lado su pie fracturado.

Periodista castrista sufre accidente, maldice el embargo y evoca a Raúl Torres (todo esto sin pagar un quilo)

Feb 14, 2023

Lo vivido por este periodista castrista no supera la mejor experiencia médica en el mejor hospital del Primer Mundo. ¡Qué clase de arrastrado y mentiroso es!

César Gómez, un periodista castrista que fue jefe de despacho de Roberto “El que no salte es Yanqui” Robaina, al que luego pasaron por encima y trituraron como un maní hasta hacerlo polvito salado y aceitoso, es “noticia” hoy en el diario oficialista Tribuna de La Habana.

El líbelo capitalino se hizo eco de una publicación posteada en Facebook por este anormal – perdón, yo conocí demasiado bien a este periodista castrista y sé de lo que hablo – que luego del destrone de Robaina se jamó tremendo cable, se sigue jamando tremendo cable, y aún así defiende aquella porquería.

El panfletero y guataca este, que lo único que no le hizo en vida a Robertico Robaina fue zafarle el cinto, bajarle el pantalón, desabrocharle el tacacillo, sacársela, sostenérsela y sacudírsela, andaba como siempre, comiendo de la que pica el pollo, como buen periodista castrista que es, cuando una moto lo sorprendió en la calle, le metió un batucazo y lo lanzó por los aires, para desgracia suya.

El castrista Cesárea, que debe andar buscando méritos para ver si vuelve a escalar y convertirse en el periodista que nunca fue, aprovechó la despingasao para hacer una crónica de su ida al hospital, análisis hechos, placas, etc.; además del yeso y la gasa puestos.

Su pusilánime crónica incluye una maldición al embargo y hasta loas al trovador machista, misógino, y defensor del violador Fernando Bécquer: Raúl Torres.

Todo esto, lo hizo, lo recibió, y lo agradeció este periodista castrista, mientras expresa en su diatriba que nada de eso le costó un centavo.

Titulado su post “Circunstancias y agradecimiento…”, Cesareo califica como un “absurdo” el accidente de tránsito sufrido.

Él mismo reconoce que no prestó atención “al cruzar la calle”… confirmándose así lo anteriormente expresado aquí: venía literalmente comiendo m…

“La moto me batió – ¡imperdible ese batió, como si se tratasa de una batidora y no de un bate! – de jonrón en la misma esquina de mi casa. Dolores, magulladuras… vecinos que me auxiliaron enseguida. Y mis tíos y una pareja de amigos que viven cerca pusieron (sic) sus autos de ambulancia,” continúa (des)narrando este personaje.

El halalevas preferido de Robertico Robaina dice que fue llevado a dos hospitales el viernes: al Ortopédico Fructuoso Rodríguez y al Clínico Quirúrgico Calixto García.

“Atención inmediata – ¡vaya sorpresa! – médicos jóvenes, cubanos y de varios países hermanos (si hasta da ganas de llorar y todo)

En el Ortopédico placa y yeso, no de la mejor calidad, porque falta material para el yeso y no hay buenas gasas, te explican y yo maldigo el bloqueo yanqui. En el Calixto: análisis de sangre, electrocardiograma, placa de torax y ultrasonido, limpieza, agilidad y mucha solidaridad en la atención de médicos y resto del personal técnico. Reynaldo: camillero de lujo. Resultados muy rápidos, menos de una hora.

¡Si hasta parece una novela de ficción!

Todo para rematarlo con una frase en mayúsculas (puestas por él)

COSTO: CERO CENTAVOS.

¡Qué bárbaro! ¡Toda una heroicidad del sistema de salud cubano! ¡Algo nunca visto! Si hasta parece que no hay falta de personal de la salud, de camillas, de yeso – usan cartón en sustitución – y de gasa.

“Fue mi vivencia de cubano cualquiera, añade este hombre que a menudo ejerce de ciberclaria en las redes para garantizar la cuota de megabytes que le da el estado.

“Los algunos que han vivido experiencias negativas con nuestro sistema de salud, que a veces inundan estas redes con sus historias (que yo no pretendo negar, ni tampoco justificar) se pueden ahorrar sus comentarios de veneno,” añade César, ex compañero de trabajo, llamándonos sí, “algunos” a nosotros.

“Ya estoy en casa con mi yeso imperfecto, adolorido, pero sin mayores complicaciones, explica el lleva y trae de Robaina, que culmina su odisea de viernes por la tarde con una frase:

“¡A Cuba hay que quererla!” ¡Claro que sí, carajo!”

Si él llega a sufrir esto aquí debajo

¿Dónde está la potencia médica? En Cuba suplantan yesos por cartones y vendas

Suplantan yesos por cartones ante escasez de insumos en Cuba

Sergio Prado

Sergio Prado es Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Nació en el año 1966 y ejerció importantes funciones dentro del periodismo en Cuba hasta que se marchó del país en el año 2004. Completó en España y México varios doctorados y maestrías.

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