Lis Cuesta ("Ooops, she did it again")

Era cuestión de tiempo. Es cuestión de tiempo. Si se trata de Lis “Machi” Cuesta Peraza, alias “La Tendera” – y no the tender – Ud. puede apostar al segurete que cualquier día mete la pata en Twitter porque a eso, ella se dedica.

Su último tuitazo, impropio de una Primera Dama que aseguran no es Primera Dama, así lo corrobora.

Es, ante todo, un irrespeto a los sacerdotes de Ifa. Un tratamiento burlesco desde el poder hacia la religión afrocubana.

¿Qué sucedió? Pues esto: “La Machi” esposa del puesto a dedo ha convocado al esfuerzo unido – cual si se tratara de ese antiguo lema de Proletarios de todos los países uníos – de los babalawos cubanos, para que comiencen ya con el reguero de cascarilla en el Loan Park de Miami; o lo que es lo mismo: el estadio de los Marlins de Miami, lugar donde tendrá lugar la semifinal y final del Clásico Mundial de Béisbol 2013.

Algunos dirán que se trata de “un chiste”. Una muestra “simpática” de cubanía, pero la degeneración del folklor afrocubano no puede rebajarse a esos extremos. No en boca de una señora que conoce Presidentes y Ministros.

Es como hacer partícipes al pueblo entero de una gozancia reconceptualizada y recontextualizada con otro significante. Que lo diga un pueblerino, está bien, aunque la verdad puede ser vista de esa manera: Lis Cuesta es una pueblerina.

El folclore cubano y la religiosidad afrocubana son elementos fundamentales de la cubanía, y han sido ampliamente difundidos y promovidos tanto dentro como fuera de la isla.

Sin embargo, en ocasiones como esta, en tuits como este, de Lis Cuesta, estos aspectos de la cultura cubana terminan siendo tratados de manera caricaturesca, lo que rebaja su significado y prestancia, llevándolo a un estadío de degradación a partir de la barbarie generada en el pensamiento de una figura política, como sin dudas lo es la esposa del gobernante cubano Miguel Mario Díaz-Canel.

La vulgaridad en el uso del lenguaje y el mal uso de la religión con fines propagandísticos, como esto ahora hecho por Lis Cuesta, son prácticas que han contribuido a esta degradación, y han llevado a que la religión afrocubana sea vista por algunos como una forma de entretenimiento o una moda pasajera, en lugar de una práctica espiritual profunda y significativa.

Es importante tener presente que la religión afrocubana es una parte integral de la cultura cubana, y que su valor no se limita a su papel como objeto de estudio antropológico o folclórico. Es una forma de vida y de creencia profundamente arraigada en la identidad cubana, y debe ser respetada y tratada con el mismo cuidado y consideración que se le da a cualquier otra religión.

El tratamiento caricaturesco de la religión afrocubana y el uso vulgar del lenguaje no solo son ofensivos para aquellos que practican esta religión, sino que también reflejan una falta de respeto por la cultura y la identidad cubanas, con maneras profundamente peyorativas y en detrimento de lo socialmente aceptable. En lugar de perpetuar esta degradación, es importante que la religiosidad afrocubana se trate con el respeto y la consideración que merece, y que se promueva de manera auténtica y respetuosa.

Es importante que se fomente un mayor respeto y apreciación por la diversidad cultural de Cuba, y que se reconozca la importancia de preservar y proteger estas tradiciones para las generaciones futuras.

Pero bueno, ¡¿qué carajos va a saber de esto Lis “Machi” Cuesta Peraza!?

Porque, como diría el joven periodista y escritor cubano Yoe Suárez a Cubanos por el Mundo:

“[Lis] Cuesta intenta ganar simpatías apelando una cosmovisión presuntamente popular. Trata de alejarse de la imagen de élite que se ha ganado tras sus compras en el extranjero, hablando como ella cree que hablaría la mayoría de los cubanos.”

Yoe, además afirma que “esto no es nuevo” y nos recuerda que “lo vimos en su esposo, el tirano Diaz Canel, paseando por La Guinera de la mano con una conocida practicante local de Santería, semanas después del asesinato de un joven manifesante del 11J.”