Es sabido que la mayoría de los deportistas cubanos están afiliados al sistema deportivo del gobierno y están sujetos a su control y a su política.
Los deportistas que representan a Cuba en competiciones internacionales a menudo son seleccionados no solo por su habilidad en el deporte, sino también por su lealtad y compromiso con la ideología del gobierno.
A pesar de que muchos defensores del llamado #TeamAsere, entre ellos los propios funcionarios del gobierno, han intentado borrar el matiz político que representó la clasificación del equipo de béisbol de Cuba entre los cuatro primeros equipos del Clásico Mundial de Béisbol, la realidad ha demostrado que no ha sido así; que otra vez ellos mismos, los comunistas, mezclaron, mezclan y mezclarán, la política con el deporte.
Actos de recibimiento, para nada espontáneos, presencia de los más altos dirigentes del Partido y el Gobierno en el recibimiento a los peloteros a su llegada al país, así como otros actos en las cabeceras provinciales, donde también fueron recibidos por los principales funcionarios políticos del Partido y el Gobierno en esos territorios, demuestran que verdaderamente el #TeamAsere era lo que siempre ha sido: un instrumento para entretener al pueblo, en medio de miles y miles de violaciones, carencias y necesidades.
Una “estrategia” para enmascarar las mentiras del gobierno a nivel internacional. Un método de “aligerar la tensión” en medio de amenazas de empobrecimiento, endeudamiento, éxodo másivo, carencia de personal y fuerza laboral. Un “caramelito” para endulzar la tristeza, el sufrimiento y la miseria de 9 millones de habitantes.
Para muestra, algunos ejemplos:
En resumen, el deporte en Cuba, especialmente el béisbol, está altamente politizado y se ha utilizado como una herramienta política para afirmar la ideología del gobierno y mantener el control sobre la población.
El gobierno cubano ha sido crítico con el deporte profesional y ha utilizado el béisbol como una forma de mostrar su resistencia al gobierno estadounidense.
Sobran los ejemplos que demuestran cómo el deporte en Cuba, especialmente el béisbol, está politizado y ha servido como punta de lanza del gobierno contra los Estados Unidos, el capitalismo y el deporte profesional.
El béisbol, sobre todo, es el ejemplo perfecto de la politización del deporte en Cuba. Un deporte que ha sido utilizado como un medio de propaganda política .
Recordemos como, en el año 2004, a selección cubana de béisbol recibió un homenaje en el Palacio de la Revolución después de ganar la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2014, y cómo el presidente Raúl Castro destacó la importancia del deporte en la construcción del socialismo.
Las tensiones entre Cuba y Estados Unidos en el béisbol, son de larga data. El gobierno cubano ha utilizado el deporte, el béisbol, como una forma de propaganda contra el capitalismo y la influencia de Estados Unidos en la región. Derrotas de EE.UU. en el béisbol a manos de Cuba, le han servido al gobierno para demostrar el supuesto “poderío y la fortaleza de los ideales socialistas a 90 millas del imperio”.
Entre estos ejemplos se puede citar la victoria de Cuba ante EE.UU. en el Mundial de Parma, Italia, donde llegaron a llamar al pitcher norteamericano Jim Abbott “el manquito”. O la victoria, años antes, del pitcher capitalino Pablo Miguel Abreu ante la selección de EE.UU., destacando el diario oficialista Granma, vocero oficial del gobierno y principal panfleto ideológico del único partido en la isla permitido, en un artículo en primera plana y con grandes letras que el pitcher cubano que los derrotó “era negro”.
O la victoria ante el equipo de los Orioles en Baltimore. O la “respuesta” – en realidad GOLPIZA – que le propinaron peloteros cubanos como Javier Méndez, Juan Padilla y Ariel Pestano a una persona que se lanzó al terreno en ese juego de los Orioles, a quien el árbitro cubano Julio César Valdés, agarró, lanzó contra el suelo y fue recibido en el país con honores.
O al término de “gusano” empleado contra él por al menos dos locutores cubanos: los fidelistas Héctor Rodríguez y Julita Osendi.
En general, estos ejemplos demuestran cómo el deporte en Cuba, especialmente el béisbol, está estrechamente ligado a la política y ha sido utilizado como una herramienta de propaganda política por el gobierno.
Además, el gobierno ha tratado de controlar a los atletas y de impedir que puedan jugar en el extranjero, criticando el deporte profesional y la idea de que el deporte pueda ser un negocio rentable. O como dijera un ex presidente del Inder, Antonio Becali, destituido por corrupto, cuando criticó el béisbol profesional, ese que Fidel Castro calificó como “pelota esclava”, afirmando que “el deporte no es un negocio”.
En general, el gobierno cubano ha utilizado el béisbol y otros deportes como una herramienta política para afirmar su propia ideología y mantener el control sobre la población. El béisbol es visto como una fuente de orgullo nacional y una forma de demostrar la superioridad de Cuba sobre otros países, especialmente los Estados Unidos.
Desde la Revolución cubana de 1959, el gobierno ha utilizado el deporte como una forma de promover su agenda política y de controlar la vida de los deportistas.
La mayoría de los deportistas cubanos están afiliados al sistema deportivo del gobierno y están sujetos a su control. Los deportistas que representan a Cuba en competiciones internacionales a menudo son seleccionados no solo por su habilidad en el deporte, sino también por su lealtad política y compromiso con la ideología del gobierno.
El gobierno cubano ha sido crítico con el deporte profesional, especialmente en los Estados Unidos, a menudo acusándolo de explotación y corrupción.
Los deportistas cubanos que han huido de Cuba para jugar en ligas profesionales en los Estados Unidos son vistos como traidores y se les ha negado la oportunidad de representar a Cuba en competiciones internacionales y en algunos casos, como René Arocha y Orlando “El Duque” Hernández, imposibilitados de regresar a su país de visita.
En cuanto al béisbol, este se ha politizado aún más en los últimos años, especialmente en el contexto de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
El gobierno cubano ha utilizado el béisbol como una forma de mostrar su resistencia al gobierno estadounidense y su sistema económico y político. El béisbol también se ha utilizado como una forma de demostrar la superioridad de Cuba sobre los Estados Unidos en el campo deportivo, incluso cuando los deportistas cubanos están limitados en su acceso a recursos y tecnología avanzada.
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