Miguel Betancourt es el anciano cubano que sin piernas se ve obligado a trabajar en el patio de su casa, ubicada en el consejo popular de Entronque de Herradura, en el municipio Consolación del Sur, allí cultiva sus propios alimentos para el sustento de su hogar.
Según la información suministrada por el periódico oficialista Guerrillero, este anciano cubano perdió sus piernas a causa de una enfermedad, sin embargo, esto no ha sido un impedimento para cultivar sus propios alimentos, ante la escasez y el desabastecimiento que se vive en la mayor de las Antillas.
Cabe destacar que, antes de dedicarse a la agricultura, tarea que siempre le interesó, este ciudadano cubano se desempeñaba como albañil y técnico de baterías automotrices y electricista.
El antillano de 66 años de edad afirmó que, pese a haber perdido sus piernas, no quería ser una carga para su familia y por eso se propuso a “sembrar mis cositas”.
Actualmente, el ciudadano cubano tiene en el patio de su casa siembras de tomate, lechuga, ajo, cebolla, calabaza, plátano y otros alimentos, que escasean en la isla y se utilizan diariamente para preparar la comida.
“Nunca he sido ni comerciante ni vendedor. Con esto te digo que en ocasiones vienen vecinos y amistades a buscar alguna de mis cosechas para la alimentación diaria, y yo con humildad se las regalo. Siempre trato de ayudar a todo el que me sea posible”, indicó.
Anciano cubano se encuentra esperando que el régimen le otorgue unas prótesis
Vale mencionar que, este anciano cubano se encuentra esperando que desde hace algún tiempo el país de la mal llamada “potencia médica” le otorgue la prótesis de sus piernas, pero el equipo médico continúa analizando su solicitud.
“Me dicen que a mi edad es complejo ese proceso y no están seguros de sí tendría la fuerza suficiente para no rechazarlas, pero yo les digo a mis médicos que mi voluntad hoy está más fuerte que nunca”, agregó.
Miguel Betancourt aseveró que, pese a dedicarse ahora a la agricultura, también ejerce sus antiguas profesiones, aunque estas le quitan mucho tiempo.
“Hoy creo que los límites son solo una excusa que el ser humano se pone a sí mismo. Tras quedar en esta situación me he dado cuenta de que las barreras solo existen en la mente de cada cual, y que están ahí para desafiarlas, para romperlas, para conquistarlas”, finalizó.
Es importante mencionar que, personas como Miguel se ven obligados a trabajar en Cuba pese a tener algunas discapacidades, esto ante el nulo apoyo que les brinda el régimen castrista, el único culpable de la miseria, pobreza y hambre que se vive en la isla desde hace más de 60 años.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
