La activista cubana Mireya Jiménez, quien reside en Trinidad, Sancti Spíritus, denunció haber sido víctima de un robo en su propia vivienda que, según sus propias palabras, “tiene todas las malas intenciones del mundo”.
Y es que, ciertamente, Jiménez tiene todos para pensar que se trató más de una represalia en su contra que de un simple robo común y corriente.
“Esto tiene todas las malas intenciones del mundo (…) aquí me pegan gente, y si yo grito en medio de la calle ‘Patria y Vida. Libertad’ tengo 100 patrullas al lado, pero como es a Mireya a la que le robaron, no aparece nadie”, manifestó con lógica la molestia la activista cubana en un video.
Asimismo, Jiménez responsabilizó a la gente que la rodea en la localidad Media Legua, así como a la Seguridad del Estado, de cualquier cosa que suceda en su contra.
“¿Querían molestarme? No lo van a lograr. Si me pasa algo, acusen a la gente de Media Legua, a los que me rodean aquí. No son todos, pero la policía no aparece”.
En otra publicación, la activista cubana detalló qué fue lo que se robaron los delincuentes, y lo que levanta aún más sospechas que todo se trató de una orden de la Seguridad del Estado.
“Qué robo tan raro, dejaron los mandos del DVD y televisión, además de la antena. Se llevaron el bombillo ahorrador de afuera que estaba bien alto, y no se llevaron bombillos y lámparas LED. Coñ*, usaron los delincuentes que hay aquí. La Seguridad del Estado mandan adolescentes, porque por donde se metieron, no puede entrar alguien grande”, aseveró.
Para nadie es un secreto que, en la isla comunista, este es un modus operandi que suele utilizar el aparato represor castrista para “enviar un mensaje” a aquellos que se atrevan a expresar sus opiniones en contra de la tiranía.
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Redacción de Cubanos por el Mundo