Autoridades del Tribunal Supremo Popular informaron, en las últimas horas, la supuesta sanción de cadena perpetua que recibieron dos feminicidas en las provincias de La Habana y Ciego de Ávila, respectivamente.
La prensa oficialista identificó a los dos acusados como Yadier Delvá Simón y Alexander Nápoles Téllez, aunque no precisaron a qué caso pertenecían exactamente ambos individuos, recurriendo nuevamente al hermetismo que caracteriza al aparato de propaganda de la dictadura castrista.
Es importante mencionar que ambas causas fueron analizadas bajo el delito de asesinato, tomando en cuenta que las precarias leyes de la isla – que el régimen maneja a su antojo, claro está – no se contempla el crimen de feminicidio.
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La prensa castrista subraya que los feminicidas en cuestión sesgaron las vidas de sus parejas haciendo uso de armas blancas u objetos contundentes.
Uno de los acusados asesinó a sangre fría, a quien en algún momento fue su esposa y madre de su único hijo, mientras que el otro se tomó la “libertad” de arremeter contra su expareja.
En el caso de Delva Simón, este manifestó ante las autoridades haber actuado bajo una supuesta “alteración psíquica”, por lo que pidió ser exonerado, mientras que Nápoles dijo estar arrepentido por el horrendo crimen.
“Las pruebas testificales, documentales y periciales practicadas en el juicio, desmintieron la versión del primero de los acusados y demostraron su responsabilidad en el delito cometido. En cuanto al segundo de los imputados, quedaron probados los actos perpetrados y la falsedad de su supuesto arrepentimiento”, señala la nota oficialista.
Por supuesto, el castrismo y su aparato de propaganda celebran esta supuesta sanción contra los feminicidas como el mayor de los éxitos, omitiendo por completo que, en lo que va de año, más de una veintena de estos casos han sacudido a todos los habitantes de la mayor de las Antillas.
La gran mayoría de los feminicidios en Cuba han sido evitables, pues con anticipación, las víctimas denuncian que están en serio peligro y la “policía” no mueve un solo dedo.
Redacción de Cubanos por el Mundo