Panamá anunció el cierre de tres accesos utilizados por los migrantes para cruzar la peligrosa selva del Darién, y así disminuir el flujo de personas que pasan por ahí.
Esta es una región que marca la frontera con Colombia y que es utilizada a diario por miles de migrantes en su ruta por Centroamérica para llegar hasta los Estados Unidos, “en busca de un futuro mejor”.
Esta medida es una propuesta con la que se pretende tener un mayor control sobre esta ruta irregular, según informaron las autoridades panameñas.
De acuerdo a un comunicado del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, la decisión responde a la necesidad de “canalizar la migración irregular” hacia Bajo Chiquito, el primer pueblo al que llegan los migrantes tras atravesar la selva del Darién.
Los tres accesos cerrados son los ubicados en la costa del Pacífico y el Caribe, donde el gobierno ordenó vigilancia costera e interdicción marítima. Además, las autoridades reforzaron los pasos terrestres que dan acceso al sector de Hito de Chucurti, el cual fue bloqueado con barreras perimetrales.
Acuerdo entre Estados Unidos y Panamá busca frenar la migración
Esta semana el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas, firmó un acuerdo durante su visita a ese país para acudir a la investidura del nuevo mandatario, José Raúl Mulino.
“El nuevo acuerdo entre Estados Unidos y Panamá promueve la colaboración en la gestión de la migración, incluido el apoyo a operaciones de repatriación seguras y efectivas de panameños que incluyen la evaluación de protección. El programa de vuelos de expulsión es parte del enfoque regional integral para abordar la migración irregular”, recoge el comunicado del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés).
El lunes, Eric Jacobstein, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, informó que se harán deportaciones “sin tener en cuenta la nacionalidad” de los migrantes, y que se revisará “rigurosamente a las personas en riesgo de persecución o de tortura” y que no puedan regresar a su país.
El funcionario mencionó que Estados Unidos asignó 6 millones de dólares a Panamá, como un apoyo a las iniciativas de este programa piloto, con el fin de asegurar una gestión segura, ordenada y humana.
Redacción de Cubanos por el Mundo