La polémica sobre la contratación de médicos cubanos en la región de Calabria, Italia, ha cobrado nuevas dimensiones tras las declaraciones del presidente de la región, Roberto Occhiuto, quien afirmó en una entrevista que prefiere ser operado por un médico cubano en lugar de uno calabrés declarado “no idóneo”. Esta afirmación ha causado revuelo, especialmente considerando las profundas dificultades que enfrenta tanto el sistema de salud cubano como el calabrés.
Occhiuto, entrevistado por el programa “Presa Diretta” de RAI Tre, defendió con firmeza la decisión de traer médicos cubanos para suplir la grave escasez de personal sanitario en Calabria, una región que lleva años sumida en una crisis sanitaria.
Según Occhiuto, muchos médicos locales han sido declarados no idóneos, es decir, no aptos para trabajar en emergencias, turnos nocturnos o incluso en quirófanos, lo que ha agravado la falta de atención médica.
En sus palabras: “Me haría operar más por un médico cubano con dos especializaciones que ha ejercido siempre, que por un médico calabrés que fue declarado no idóneo y lleva 15 años sin tocar un bisturí”.
Las declaraciones de Occhiuto llegan en un momento en que ambos sistemas de salud están bajo escrutinio.
En Calabria, los problemas de financiación, la falta de personal cualificado y las malas condiciones hospitalarias han generado una crisis sanitaria crónica. Por otro lado, en Cuba, la salida masiva de médicos para cumplir misiones internacionales está dejando al sistema de salud al borde del colapso. La escasez de personal médico en Cuba ha provocado largas listas de espera, falta de insumos y una creciente dependencia de servicios clandestinos o pagos para recibir atención médica básica.
La llegada de médicos cubanos a Calabria ha sido, para Occhiuto, una solución pragmática a un problema que lleva décadas sin resolverse.
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Sin embargo, esto también ha generado críticas. Los detractores afirman que esta “exportación” de médicos cubanos no solo afecta a Cuba, que se queda sin profesionales esenciales, sino que también es un reflejo del fracaso de la gestión de la sanidad calabresa.
La afirmación de Occhiuto sobre preferir a un médico cubano ha sido vista como un golpe indirecto a los médicos locales que, por diversas razones, han sido declarados no idóneos.
Según datos proporcionados en el programa de la RAI, más de 1,300 trabajadores sanitarios en Calabria han sido certificados como no aptos para ciertas labores, lo que ha reducido aún más la capacidad de atención en una región ya de por sí golpeada por la falta de recursos. Esto ha generado tensiones y cuestionamientos sobre la transparencia de estos diagnósticos de inidoneidad, que en muchos casos son realizados por colegas dentro de las mismas instituciones sanitarias.
Sin embargo, las declaraciones de Occhiuto no solo han sido criticadas por su implicación respecto a los médicos calabreses, sino también por lo que representa para la salud pública cubana.
Mientras que en Calabria se alaban las habilidades de los médicos cubanos, en su país de origen enfrentan condiciones laborales extremadamente precarias y una constante falta de insumos y medicamentos. Además, muchos de ellos ven estas misiones internacionales como una oportunidad para escapar del sistema cubano y buscar mejores condiciones en el extranjero.
A medida que Calabria intenta resolver su crisis de personal médico con la ayuda de profesionales extranjeros, el debate sobre la eficiencia y sostenibilidad de este tipo de soluciones sigue abierto. Para los ciudadanos calabreses, la presencia de médicos cubanos es vista con optimismo, pero en Cuba, esta exportación de profesionales de la salud solo profundiza los problemas de un sistema ya colapsado.
De todo esto se desprende que Occhiuto, seguramente, si se ve en la necesidad de ser operado, preferiría que un médico cubano lo operarse, pero en Italia, donde hay todos los insumos y los medicamentos necesarios; porque en cualquier otro hospital cubano que no sea el CIMEQ, corre el riesgo de morirse, porque NO HAY DE NADA.
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