La prostitución infantil es un flagelo deplorable que aqueja a la población mundial, y al parecer, Cuba es uno de los países más afectados por esta realidad. Esto se evidencia, en virtud del reciente llamado realizado por el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, cuando instó recientemente a Cuba, a revisar y a reajustar su marco jurídico nacional vigente, vinculado con el turismo sexual y la pornografía infantil.
El Comité fue claro y contundente, al expresar que el Estado cubano debería: “tomar medidas urgentes para garantizar el pleno respeto de los derechos del niño» y recomendó que «establezca un archivo para analizar y monitorear el impacto que pueda tener la trata de niños en cuanto a venta y tráfico de menores con propósitos sexuales y de prostitución».
No obstante, según el Diario ABC de España, la ministra de Justicia cubana -María Esther Reus González-señaló, en Ginebra, que su país aplica una política de “tolerancia cero” con este tipo de delitos”, aunque recalcó que «la prostitución es un fenómeno mundial que en Cuba no tiene mayor trascendencia, y muchísimo menos en niñas y adolescentes».
En un país de cifras oficiales dudosas, la ministra precisó a Efe que de los 2,2 millones de menores cubanos, la prostitución infantil «afecta al 0,08 por ciento de esta población». En este sentido, Reus González niega que exista turismo sexual en la isla y menos con jóvenes y adolescentes, cuando afirma tajante: “Esa es una conducta que no aceptamos“.
A raíz de estas declaraciones de la Ministra de Justicia Cubana , vinculadas con la inexistencia de la prostitución infantil en la isla, la abogada disidente del gobierno cubano, Laritza Diversent, declaró al Diario El Nuevo Herald y manifestó que: “Me da gracia”. La abogada de La Habana ha servido de asesora en varios casos relacionados con la prostitución, entre estos, uno relacionado con la muerte de una niña de 12 años en la ciudad oriental de Bayamo en el 2010.
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Con información de Cubanet