Él le dijo chamaca. “Hola, chamaca”. Y ella pensó que era una palabra pasajera, de esas que se posan un rato y ya no vuelven. Pero él volvió: “Me caes rebien. Besos, chamaca”. Chamaca. Cha-ma-ca. Nadie, salvo su padre, le había llamado así. Su padre, cuando la llevaba en bicicleta de paseo por la ciudad […] More