Una familia fue desalojada en la mañana del pasado lunes, del cuarto donde vivían en la esquina de las calles Neptuno y Galiano, del municipio Centro Habana, acción desarrollada bajo fuerte coacción policial, inclusive con maltratos físicos a uno de los conyugues implicados en los hechos.
Inspectores del Instituto nacional de la Vivienda, apoyados por un fuerte cordón de agentes del orden, sacaron por la fuerza del cuarto que habitaba al matrimonio constituido por Raúl Gonzales Lara y su esposa Rosa, junto a dos menores de edad.
Al enfrentar con indignación el despojo, la señora Rosa recibió golpes en el rostro de parte de una de las autoridades actuantes, en tanto resultó imposible cualquier contacto con su marido. La familia ocupaba un pequeño apartamento bajo el consentimiento de su antiguo dueño, recientemente fallecido.
Los vecinos del barrio se congregaron a prudente distancia, observando cómo la familia era expulsada violentamente de su hogar. Los bienes domésticos fueron ocupados, posteriormente trasladados en un camión hasta un depósito habilitado para tales fines en Alamar, un área urbana periférica al este de La Habana.
Para el matrimonio desalojado y sus hijos, el destino temporal fue el denominado “Hotel Venus”, uno de los muchos albergues provisionales, creados con urgencia en los últimos años como precaria respuesta ante los continuos derrumbes de edificios en la mayor urbe del país.
Tales albergues fueron creados en antiguos establecimientos desechados para cualquier actividad económica rentable, donde ahora se hacinan decenas de miles de habaneros, esperando la promesa estatal de una ayuda capaz de devolverles su hogar.
Mario Hechavarria Driggs
Periodista Independiente
Autor del Blog La Santanilla