A 24 ascendieron hoy las víctimas mortales causadas por el bombardeo aéreo estadounidense contra un hospital en Kunduz, Afganistán, según la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).
En una declaración difundida en esta capital, la entidad internacional confirmó la muerte de otros dos integrantes del organismo, a los cuales se les consideraba desaparecidos.
Hasta hoy el saldo del ataque se fijaba en 22 fallecidos y 37 heridos.
El texto también plantea que hay otras personas en paradero desconocida, entre ellas varias de la organización médica y nueve pacientes.
Una comisión internacional correrá a cargo de la investigación del bombardeo en el hospital, es decir, independiente de las abiertas por los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán, indica el comunicado.
“Hemos recibido disculpas y condolencias, pero no es suficiente. Todavía estamos en la oscuridad acerca de por qué un conocido hospital lleno de pacientes y personal médico recibió metralla durante más de una hora “, apuntó la presidenta de MSF, Joanne Liu.
Los ataques aéreos destruyeron el Centro de Trauma del hospital de Kunduz y así perdió su operatividad, lo cual deja a decenas de miles de personas sin atención médica y quirúrgica en una ciudad devastada por semanas de intensos combates, añade la nota.
Jefes superiores de Estados Unidos y de las fuerzas de la OTAN en Afganistán aceptaron que el ataque salió de una cadena norteamericana de mando.
El general John Campbell, al frente de las tropas norteñas en la nación asiática, lo calificó de error y el presidente Barack Obama ofreció disculpas a la MSF.