Bill Clinton demuestra que sigue siendo un excelente orador. Los años han pasado y su estampa lo demuestra, con una voz un poco más ronca y mucho mas delgado que en sus años de residencia en la Casa Blanca.
![Clinton en la Convención Demócrata Filadelfia. AFP](https://cubanosporelmundo.com/wp-content/uploads/2016/07/Clinton-Convencion-Democrata-Filadelfia-AFP_CLAIMA20160727_0019_28-300x169.jpg)
Sin dudarlo mucho confirmó ser uno de los mejores oradores de la historia de Estados Unidos, habilidad que ayer expuso mantiene en su punto con un discurso bien íntimo, desde lo personal, en el que elogió las bondades de su esposa y sedujo a la audiencia en el horario estelar. El memorable ex presidente procuró anoche “humanizar” a Hillary Clinton y rescatarla de quienes la acusan de ser fría y distante.
Clinton subió al escenario del estadio Wells Fargo de Filadelfia, en la segunda jornada de actividades de la convención demócrata en la que ayer fue nominada Hillary –entiéndase, la primera mujer oficialmente nombrada como candidata en Estados Unidos- y su sola estampa hizo que el silencio reinara unos instantes. El ex presidente resucitó esa conexión inigualable que sólo los políticos de fibra generan con la gente.
Un discurso memorable y limpio. Con pausas en su justa medida, un énfasis exacto en cada palabra y soltando el libreto a gusto, el ex presidente buscó presentar a una Hillary real y humana a través de su historia de vida juntos, la cual inició en septiembre de 1971 en la universidad de Yale, cuando él tenía el pelo largo y ella unos anteojos inmensos.
“La primera vez que la vi estábamos en una clase de derechos civiles y políticos. Tenía el pelo rubio y grueso, unas grandes gafas, no llevaba maquillaje y tenía un sentido de la fuerza y seguridad en sí misma que me pareció magnético”, relató Clinton ante su audiencia.
“Hillary will make us stronger together. You know it because she spent a lifetime doing it.” —@BillClinton https://t.co/MLSDqDUhmf
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) July 27, 2016
Luego de aquella clase, relató, la seguía mientras intentaba presentarse, y hasta llegó a estar lo suficientemente cerca para tocar su espalda, pero no lo hizo el miedo lo congeló. “De alguna manera sabía que eso no sería simplemente una palmada en el hombro, que podría ser el comienzo de algo que no podría parar”, detalló.
Clinton rememoró los momentos dificiles y los momentos felices junto a Hillary, de hecho las dos oportunidades en la que ella rechazó casarse con él, hasta que “en la tercera apareció la magia”, confesó. El político no hizo ninguna referencia, evidentemente, al escándalo de Mónica Lewinsky que atormentó su matrimonio a fines de los 90.
Con información de clarin.com.