
Esta semana se había anunciado una segunda reunión entre el gobierno de los Estados Unidos y el régimen cubano para tratar el tema de los Derechos Humanos, algo que a los Castro no les gusta respetar.
Tras el anuncio muchas fueron las expectativas. Sin embargo la parte cubana continúa enfrascada en su negativa de ofrecer más libertad al pueblo cubano mientras que los estadounidenses luchan porque en la Isla haya una democracia abierto y pluripartidista.
El régimen aseguró que ellos no aceptarán lo que consideran injerencias de Estados Unidos en sus asuntos interno.
Mientras que el presidente Barack Obama, firmó el día de ayer la aprobación de nuevas medidas que prometen relajar el embargo a Cuba.
Obama dijo que su Gobierno continuará dejando claro que Estados Unidos no puede imponer un modelo diferente en Cuba, porque el futuro de esa nación depende del pueblo cubano.
En 2014, @POTUS cambio el rumbo hacia #Cuba. Hoy estamos construyendo en ese progreso. https://t.co/yD32CbKAod pic.twitter.com/alPJI9wYwL
— La Casa Blanca NARA (@LaCasaBlanca44) October 14, 2016
Agregó que Estados Unidos alentará al gobierno cubano a respetar los derechos humanos, apoyará a la emergente sociedad civil en Cuba y alentará a los actores no gubernamentales a sumarse a Washington en abogar por reformas.
Sin embargo, en declaraciones a la prensa el subdirector de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Pedro Luis Pedroso advirtió: “De nuestra parte no hay una pretensión de aceptar alegaciones que signifiquen una injerencia en los asuntos internos de nuestro Estado”,
Pedroso, que lideró la delegación de la isla en esta segunda reunión, explicó que este diálogo “está diseñado para un intercambio entre ambas partes”.
“En nuestra opinión permite un mayor conocimiento de los intereses, preocupaciones y concepciones que sostienen las posiciones de ambas partes en materia de derechos humanos”
Con información de Martí Noticias