La devastación causada por Matthew en Baracoa y Maisí fue inmensa. El régimen ha destinado ayuda para intentar recuperar el poblado pero no ha sido suficiente.
Una de las medidas que adoptó el Estado cubano fue de financiar los precios de los materiales de construcción hasta en un 50 por ciento, acompañada de la posibilidad de que los damnificados soliciten créditos para la reparación de sus hogares. pero, ¿es suficiente?
Ya casi se cumple un mes desde que Matthew tocó suelo cubano y aún hay escombros en las calles. Algunos sectores de Baracoa y Maisí no cuentan con el servicio eléctrico lo que dificulta aún más la recuperación del poblado.
Según reseña el portal CubaNet, uno de los entrevistados, Francisco Luís Manzanet Ortiz, aseguró que a pesar de estas acciones, la gente asegura que el régimen está priorizando la reparación de entidades estatales y por tal motivo los recursos destinados a los damnificados no alcanzan.
“Hay descontento entre la población debido a la lentitud de las acciones. Están entregando tejas de cartón negro a quienes perdieron toda la cubierta de sus casas y tejas de cinc y fibrocemento para los que la perdieron de forma parcial. La entrega de dichos productos fue reducida a un 50% porque parece que no hay suficiente aún y porque el gobierno está priorizando la reparación de los techos de las escuelas y entidades estatales”.

En referencia al tema alimenticio, especificó que el Estado les ha donado siete libras de arroz y algunos artículos de aseo personal, sin embargo, la demanda es alta y los productos desaparecen muy rápido.
“Hasta ahora nos han entregado de forma gratuita siete libras de arroz, una colcha de trapear y artículos para el aseo personal. Es cierto que redujeron el precio a un grupo de productos pero la cantidad que llega a los mercados no es suficiente y se acaban rápido, por lo que la gente tiene que ir a comprarlos en las tiendas recaudadoras de divisas y no todos los ciudadanos pueden hacerlo”.
Pese a la emergencia vivida en Baracoa, la represión contra opositores no se detiene ni escasea. Francisco aseguró que los activistas que residen en ese poblado han sufrido inspecciones, detenciones y ocupaciones de bienes.
Un caso alarmante fue el de Keyber Rodríguez. Su vivienda fue totalmente destruida y cuando fue a cobrar la ayuda fue detenido y despojado de ella.
¿Y Maisí?

La realidad en Maisí no es distinta. De acuerdo con Onelia Gaínza, una residente de las zonas aledañas al poblado, indicó que la preocupación de ellos es la comida que no llega.
“Ayer llegó un envío de tejas procedentes de Maisí y en esta zona todas las personas recibieron tejas. Ahora lo que más preocupa es la alimentación pues los productos que llegan se acaban enseguida”.
Con información de CubaNet