El periodista cubanos, Carlos Alberto Montaner, dedicó un artículo al acontecer venezolano en referencia a Tareck El Aissami, recién nombrado vicepresidente de la república por Nicolás Maduro.
Para Montaner, haber nombrado a El Aissami solo evidencia una vez más, la injerencia castrista dentro de la política venezolana.
Para Raúl Castro es una jugada perfecta. El Aissami también es su hombre. Uno de sus hombres. La monogamia no es una conducta necesaria en este tipo de alianzas. Entre La Habana y Teherán no hay ninguna contradicción. ¿Qué importa que Cuba sea una dictadura comunista atea e Irán una teocracia convencida de que lleva a cabo los designios de Alá interpretados por su discípulo Mahoma?
Otro punto que resalta el periodista es también la presión de Irán sobre Maduro para el nombramiento de El Aissami, un dirigente señalado por Estados Unidos que cooperar con el narcotráfico y financiar el terrorismo iraní.
De acuerdo con el informe de Humire, el nombre de El Aissami como próximo hombre fuerte comenzó a circular tras la visita a Caracas de Hassan Rouani, presidente de Irán, en septiembre pasado. La información propagada en los mentideros venezolanos era que Irán financiaría el desastre venezolano, pero exigía a cambio que su hombre estuviera claramente en la línea de sucesión de un régimen que se tambaleaba.
Montaner augura que los próximos pasos del dúo Maduro-El Aissami, será disolver la asamblea nacional y culpar a los diputados opositores de traidores a la patria, para de esa manera derrumbar cualquier esperanza democrática que tengan los venezolanos de salir del régimen chavista a través de los votos.
Eso quiere decir que, llegado el momento, invocarán el sagrado nombre de Bolívar, declararán que los diputados de la oposición han traicionado a la patria, y disolverán la Asamblea Nacional.
Eso quiere decir que no habrá otras elecciones en las que los venezolanos puedan contarse porque eso del multipartidismo es una ordinariez contrarrevolucionaria.
Eso quiere decir que continuará la corrupción porque, no sólo se trata de crear una oligarquía boliburguesa, sino también de atar fuertemente el sistema por medio de una cadena de complicidades delictivas.
Este nuevo paso de Nicolás Maduro, no está enfocado en arreglar los problemas del país, sino en profundizar su fallida revolución y continuar armando a la población creando guerrillas en los barrios venezolanos.
Cuba e Irán, por su parte, continuarán esquilmando a Venezuela y poniéndole el hombro a la pareja. Mientras más repulsivo sea el chavismo, mejor para las Metrópolis, porque sus clientes venezolanos no tendrán otra opción. No hay régimen lo suficientemente repugnante como para no merecer el abrazo revolucionario y antiimperialista. Sobre todo si tiene algunos petrodólares.
Redacción Cubanos por el Mundo / con información de El Blog de Montaner
@hchirinosch
