El régimen cubano con el Internet es como el agua y el aceite, no se llevan. Recientemente se publicó un comunicado del Ministerio de Comunicaciones, en el que se estaría preparando un nuevo reglamento en materia de seguridad informática.
Dicha noticia encendió las alarmas de los administradores de redes clandestinas, único método que tienen los cubanos para interconectarse.
De acuerdo con un reportaje del portal CubaNet, los especialistas realizaron una reunión con carácter “urgente” para saber cómo contrarrestar la arremetida que posiblemente conlleve la aprobación de dicha regulación.
Sin embargo, para algunos de estos administradores la noticia fue tomada con entusiasmo y esperanza, incluso comentaron que una legalización de las redes existentes en la isla pudiera entrar en vigor.
Pero testimonios como los de Jorge González, un administrador de la llamada Snet, desalientan a sus colegas, ya que sugirió tomar precauciones.
Debemos estar preparados, como primera medida que he tomado en mi nodo es crear un sistema de alarma vía chat. Le he dicho a todos los usuarios que cualquier movimiento sospechoso por parte de la policía rápidamente pongan un mensaje masivo para que dé tiempo por lo menos esconder los equipos más costosos como routersinalámbricos, antenas y swiches. Debemos estar preparados para lo peor. Aunque si sale alguna ley oficial que vaya en contra de las redes poco podremos hacer
Por otro lado, un administrador de nombre clave “Galgo”, alega que si el régimen decide legalizar sus redes, sería algo lógico pero a la vez peligroso, ya que estos estarían sometidos a regulaciones, inspecciones entre otras cosas.
“Pienso que pudieran legalizar nuestras redes, sería lo más lógico, aunque también pudieran regular muchos de los servicios que hoy están activos y el crecimiento de las redes con altos impuestos. También nos pudieran controlar y regular los precios de nuestros servicios . Hay que esperar a ver con la que se tiran. Particularmente estoy muy preocupado. Tenemos mucho en juego”
Y es que los aparatos que se utilizan para armar la telaraña virtual, son sumamente costosos, eso sin contar el esfuerzo y los años de trabajo que les ha costado conectar a casi toda una ciudad entera.
Pero otros como Jorge Hernández, que se gana la vida ofreciendo cursos “express” de Nauta en los parques Wifi, no teme que estas normativas le afecte su puesto de trabajo.
“Cobro por un servicio, doy una especie de curso exprés para enseñar a las personas a usar la conexión y algunas aplicaciones como IMO. También uso el Connectify para compartir la conexión y bajar los costos”.
El se siente confiado de que el régimen no podría atentar contra su modalidad de trabajo.
“Creo que el Gobierno no podía hacer nada contra personas como yo porque había un vacío legal”, añade. A partir de ahora voy a tener muchísimo cuidado y voy a estar bien informado. Por cosas como las que hago pudiera terminar en la cárcel cuando pongan alguna ley nueva en el Código Penal”.
Cubano en una plaza navegando a través de un punto Wifi / Foto: Cortesía
Sin espacios
Las redes clandestinas es prácticamente el único espacio que tienen los cubanos para navegar en algo parecido a Internet.
Ahora con las nuevas regulaciones, este pequeño espacio podría ser controlado por el régimen o incluso clausurado en el peor de los casos, así lo indica Gonzalo García, director de Organización y Control de la Oficina de Seguridad para las Redes Informáticas (OSRI)
“En la nueva legislación se podrían introducir cuestiones relacionadas con las redes inalámbricas. En la medida en que se perfeccionen las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y sus aplicaciones se extiendan a todas las esferas sociales, se torna más importante establecer ordenamientos jurídicos, y no solo para sancionar delitos, sino porque hacen falta normas que velen por su correcto empleo
Las redes de barrio en Cuba, por su parte, han tenido un gran crecimiento en los últimos tiempos. Actualmente la más conocida, Snet, cuenta con miles de usuarios y se expande por la mayoría de los municipios de La Habana y Mayabeque. Algunos administradores creen que es hora de que se les reconozca legalmente. Otros opinaron que “el Estado, mientras más lejos esté de nuestras redes, mejor será para todos nosotros”.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Cubanet
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