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Familia cubana necesitada de vivienda asegura que “el régimen no los ha ayudado en nada” (+Video)

Los cubanos están cansados de pedirle al régimen ayuda y ser ignorados. Como el caso de la familia Giménez Plasencia, quienes desde hace tres años presentan problemas sanitarios con su vivienda. Han pedido ayuda a distintas instituciones gubernamentales en busca de una solución, pero ninguna le ha dado respuesta, según el diario Cubanet. “A esta altura ya hemos perdido las esperanza de que el estado nos ayude de alguna manera”.

Isabel Sirenai Giménez Pedroso y su esposo Basilio Plasencia Achón, viven en la calle 164 con número 8327, entre 83 y 89, en el municipio “La Lisa”, en una pisa que se reduce a 3,70 metros de largo y 1,50 metros de ancho, donde solo se pueden estar sentados o acostados. Sin contar que tienen dos hijos. Un niño de cuatro años y una pequeña de tres.

La dama trabaja desde hace 10 años como enfermera en uno de los salones de operaciones del Hospital Ortopédico Frank País y anteriormente trabajó un año en el Hospital Militar Carlos J. Finlay. Y ninguno de sus sueldos le ha dado para poder repotenciar o ampliar su residencia.

Basilio, dedicado a trabajar como chófer de bicitaxi, cuenta que su casa está construida sobre una cloaca de aguas negras, que en ocasiones se desborda y su pieza se inunda de excremento.

Con dolor e impotencia por no poder hacer mayor cosa que suplicarle al régimen auxilio, Basilio relata cómo son sus días y noches.

“Todas la ropa se nos llenan de excrementos cuando la cañada se desborda, pero además, por causa de esto mis hijos están llenos de parásitos y se me van a morir. Tenemos que botar casi todos los alimentos que nos dan por la libreta, ya que el cuarto está lleno de cuevas de ratas que suben por la fosa y se lo comen todo, por eso tenemos que comer la mayoría de las veces en la calle y no hay bolsillo que aguante esta situación”, detalla Basilio entre sollozos.

Plasencia seca sus lágrimas y sigue ahondando en su tragedia. Pero al contar que su “hogar” no tiene agua potable y mucho menos muebles sanitarios, vuelve a romperse en llanto. “Esta situación agrava mucho más la higiene del hogar”.

La familia debe bañarse y hacer sus necesidades utilizando estos cubos y tanques (Foto: Vladimir Turró)

“No tenemos agua, tenemos que bañarnos en el río que nos queda aquí cerca, y para poder tomar agua llenamos algunos pomos en una tubería rota que nos queda en la esquina de la casa (….) Nuestras necesidades fisiológicas las hacemos en una lata; no nos queda otro remedio porque no tenemos taza de baño”, apunta.

Lo más triste para Basilio es que ha recurrido a varias instituciones gubernamentales, y a pesar de que su esposa trabaja en Salud Pública, ninguna de estas le han dado solución a su problema.

“Incluso el Comité (de Defensa de la Revolución) nos ha hecho dos cartas y las hemos llevado al Gobierno. Allí nos ha atendido el mismísimo  jefe y  lo que ha hecho es mandarnos para la Dirección de la Vivienda, de ahí nos mandan para Planificación Física y finalmente nadie nos resuelve; no les importa que dos niños vayan a morir y lo que hacen es pelotearnos’’, afirma.

“Hemos pedido de todo: albergue, terreno, subsidio… de todo, y no nos ayudan en nada”, reafirmó.

Su esposa Sirenai señala que en su centro laboral hasta la directiva conoce su delicada situación, y el peligro que corre la vida de sus hijos, sin embargo apunta que jamás se han preocupado por ayudarla.

Redacción Cubanos Por el Mundo

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