El ataque terrorista ejecutado en Somalía, el pasado sábado 14 de octubre, sigue aumentando su tragedia a medida que se hallan más cadáveres entre los escombros. La cifra este lunes llegó a 300 víctimas.
Las autoridades somalíes indicaron al diario The Washington Post que la mayoría de los fallecidos cayeron con la explosión del primer carro bomba, colocado frente al Safari Hotel, localizado en Mogadiscio, capital de Somalía. Mientras que la segunda bomba terminó de acabar con la vida de los heridos que se encontraban cerca.
Estas detonaciones dejaron una capa de humo en todo el territorio somalí por horas, que dificultó llevar a cabo con más rapidez las labores de auxilio.
Este ataque en Mogadiscio ha sido uno de los más mortíferos durante la guerra de 10 años con extremistas islamistas, quienes señalaron que la insurgencia se encuentra lejos de ser derrotada, a pesar de años de operaciones antiterroristas estadounidenses.
Este lunes en la mañana, las autoridades indicaron que siguen intentando calcular el número de víctimas. Mientras que Abdikadir Abdirahman, director de Aamin Ambulance Services en Mogadiscio, aseguró a Reuters que han confirmado “300 personas muertas en la explosión”.
El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Mohamed , declaró tres días de luto nacional y además culpó de estos hechos al grupo criminal al-Shabab, quienes aún no se han atribuido la responsabilidad.
Ahmed Osman, una enfermera del Hospital Medina de Mogadiscio, donde se atendieron muchos de los muertos y heridos, expresó que “hoy es el peor día de mi vida. Estamos abrumados por el gran número de víctimas. Llevo más de siete años trabajando en este hospital, y nunca vi o escuché este número de muertes”.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dijo que cinco de sus voluntarios estaban entre los muertos. Un voluntario que sobrevivió, Abdiasis Mohamed, reveló que él y sus amigos estaban bebiendo té cuando explotó una de las bombas. Cuando recuperó la conciencia, dijo, estaba cubierto de sangre y varios de sus amigos habían sido “quemados hasta la muerte”.
Redacción Cubanos Por el Mundo