Donativos van, donativos vienen, pero los damnificados del huracán Irma siguen en las mismas. Llevan tres meses esperando soluciones que, hasta el momento, sólo están al alcance del Estado. Muchos de los materiales de construcción no se consiguen y otros son de uso exclusivo de las autoridades. Decenas de vidas corren peligro refugiadas bajo estructuras viejas y dañadas, por no tener recursos para repararlas ni el apoyo estatal para cambiar la situación.
“¿Habrá que esperar a que el próximo huracán no deje rastro de mi casa? ¿Es tan difícil conservar una casa propuesta para Patrimonio, orgullo de la familia y de Cojímar, que tiene una linda historia y es referencia de telenovelas y películas? Necesito que me den la posibilidad de sentirme segura y conservar su estructura; o el subsidio para transformarla”, manifiesta una damnificada, Flor Mercedes Cepero, a Diario De Cuba.
Su vivienda pese a ser Patrimonio local, se está cayendo en calle Real 22, entre San Antonio y Moré, Cojímar, en La Habana. La casa tiene casi un siglo de antigüedad y ha soportado muchos fenómenos naturales. El techo de madera quedó arruinado por el ciclón y tres habitaciones quedaron sin su protección.
“Tenemos mantas de nailon que duran poco para amortiguar el agua cuando llueve. Nos mojamos bastante. Mi papá tiene 87 años y padece de insuficiencia cardíaca. Necesita oxígeno y la humedad le es fatal. Tuvimos que darle a nuestra hija el cuarto porque el de ella lo dañó el huracán, y acomodarnos en el cuarto de desahogo, que también se filtra”, confiesa la mujer.
La madera de Flor
A principios de diciembre llegó una donación de madera a la Isla para los damnificados de Irma, según la información oficial fueron 600 toneladas provenientes de Nicaragua. Flor, al igual que muchos en su condición, se preguntan sí llegará el beneficio que tanto ha esperado y que suplica a Dios durante cada aguacero.
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El 24 de septiembre ella fue a la sede del Consejo Popular y vio al jefe de Planificación Física, quien visitó la casa y le hizo fotos. El 25, después de fuertes lluvias y de ver que el agua corría, volvió al Consejo Popular. El jefe de Planificación Física mandó a calcular los materiales requeridos.
“Pero parece que para mí no hay solución porque no hay madera”, afirma.
El 3 de octubre le dieron los papeles con el crédito bancario por 13.000 pesos para madera, papel de techo, puntillas y luminarias. Sin embargo, a su rastro nunca ha llegado madera. El 23 de octubre le dieron las luminarias, pero nada de papel, puntillas y mucho menos madera.
Fuera del alcance
Hallen Boffil, afectado residente en edificio 9, apto. 29, Yaguajay, Sancti Spíritus, lamenta que la permeabilidad de muchos edificios dañados en sus cubiertas no avanza.
“Hablo de algo que solo el Estado puede resolver, pues los impermeabilizantes de techos son estrictamente de su uso, y ningún ciudadano tiene acceso a ellos, al menos en las tiendas minoristas del municipio de Yaguajay”, concluye.
El ciclón dejó daños en al menos 158.554 viviendas, según datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados a finales de septiembre.
Redacción Cubanos Por El Mundo