Como si la vida la regalaran en los abastos, en Cuba abortar es algo normal. “Sacarse una barriga” como se le conoce popularmente, no sólo es libre y gratuito, sino asombrosamente uno de los principales métodos anticonceptivos de las cubanas.
“Tenemos chicas de 19 años con seis o siete abortos”, informó sin tapujos una médica que trabaja en un hospital habanero.
El castrismo consolidó y amplió la legislación proaborto en 1936 convirtiéndolo en un servicio institucionalizado de salud, para que luego en 1987 el Código Penal lo despenalizara oficial y definitivamente, según señala La Nación.
Y es que a causa del retraso de la inclusión de Cuba en la globalización mundial, los parámetros y estándares internacionales como por ejemplo el derecho humano a la vida, no se preservan y aquel que los defiende lo meten preso.
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Si no fuese porque actualmente Cuba se considera uno de los países más viejos del continente producto de la migración de los jóvenes y la baja natalidad; el aborto no fuese criticado por las autoridades.
En la Isla la práctica del aborto se considera una de las conquistas de la mujer. Sólo en 2016 se practicaron 84 mil 445 interrupciones de embarazo a mujeres y niñas entre 12 y 49 años, y este número es menor a los años anteriores.
Moralmente
Socialmente tampoco se castiga, favorecido por la poca influencia de las iglesias y la laicidad del Estado.
Hasta los dos meses de gestación se usan métodos farmacológicos y la extracción por aspiración que se conoce como la “regulación”.
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Cuando el feto ha superado este tiempo y hasta las 12 ó 13 semanas, la interrupción se realiza con un legrado.
Venezuela
Por suerte la revolución bolivariana no se ha inspirado en la cubana para adaptar su legislación antiabortista. Todo lo contrario: tras 20 años de chavismo, el aborto sigue siendo un delito, penado con hasta dos años de cárcel para la mujer y hasta tres para el médico o encargado de practicarlo.
Varios colectivos feministas han intentado situar el debate en la palestra pública, sin ningún éxito.
Los políticos no lo incluyen en sus programas ni tampoco la sociedad lo mira con benevolencia.
Todo lo contrario: Venezuela rompe récords de embarazos adolescentes, impulsada por los bonos y subvenciones prometidas para las madres solteras y embarazadas tanto en el gobierno del fallecido Hugo Chávez y del actual mandatario Nicolás Maduro.
Sin embargo, los bonos no convencen a muchas que viven en la extrema crisis venezolana y deciden abortar ilegalmente.
Naciones Unidas amonestó el año pasado a Caracas al comprobar sus altos índices de mortalidad entre jóvenes que abortaban de forma ilegal, uno de los más altos del continente.
Colombia
En el vecino de Venezuela, Colombia, quizá el más parecido que tenga en otros ámbitos, la religión ha jugado un rol importante en cuanto a la interrupción del embarazo.
Pese a los 300 mil abortos ilegales que se han llegado a practicar en un año, fue necesaria una lucha que duró años, de colectivos y organizaciones feministas, para que la Corte Constitucional admitiera en 2006 tres excepciones para la ley antiaborto: peligro para la salud de la mujer, malformación del feto y en caso de violación.
Más allá de este avance legislativo, el aborto sigue siendo un tema tabú para la conservadora sociedad colombiana.
De allí que protagonizara un escándalo cuando salieron a la luz denuncias de antiguas guerrilleras de las FARC a quienes se les ordenaba abortar, incluso en avanzado estado de gestación. Entre ellas niñas y adolescentes que sufrieron abusos sexuales de sus propios compañeros.
Brasil
En Brasil, un poco más lejos, sólo autoriza el aborto en tres situaciones: cuando hay riesgo de muerte para la gestante, cuando el embarazo resulta de una violación y cuando el feto no tiene cerebro (anencéfalo). En estos tres casos, se les permite a las mujeres decidir si quieren abortar o no, y si optan por hacerlo deben realizar el procedimiento gratuito a través del sistema público de salud.
Sin embargo, se calcula que cada año se practican en Brasil un millón de abortos clandestinos, y unas 250 mil mujeres son internadas por complicaciones de intervenciones de este tipo; es la quinta mayor causa de mortalidad materna en el país.
Desde las legislaturas, la bancada evangélica en el Congreso, aliada a sectores conservadores católicos, ha impulsado proyectos de enmienda de la Constitución, para que se cambie el principio de la dignidad de la persona humana y la garantía de inviolabilidad del derecho a la vida “desde la concepción” y no sólo “desde el nacimiento”, como es actualmente.
Argentina
En Argentina, después de muchos años de resistencia, la legalización del aborto va camino de discutirse este año en el Congreso.
Marcos Peña, jefe de Gabinete, les indicó los jefes parlamentarios de Cambiemos que el Gobierno “no va a obstaculizar” la discusión del tema, primero en la lista de reclamos de la protesta que las organizaciones feministas convocan desde hace cierto tiempo y que tendrán una marcha el próximo 8 de marzo.
Quedará de ver en qué termina la discusión.
Redacción Cubanos por el Mundo