“Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón”, una famosa frase popular que por años se ha utilizado para disculpar una mala acción, en este caso robar, sirve para ilustrar cómo piensan los cubanos frente a su lucha por la sobrevivencia, en la que sustraer recursos al régimen es validado por la mayoría.
Varias cubanas fueron consultadas por Martí Noticias sobre el robo de los trabajadores estatales en sus áreas laborales, una práctica que la mayoría no ve como un hecho de corrupción.
“Los que lo toman por una necesidad yo lo veo bien, ahora quien lo toma para enriquecerse, para hacer un negocio, no lo veo bien. Pero sí es por la necesidad que tenga y pueda cogerlo, yo lo veo bien”, expresa una cubana mientras asiente con firmeza.
La segunda consultada coincidió con la primera respuesta. “Yo si lo veo bien, sí el trabajador está luchando para sobrevivir, eso es así. No lo veo mal ni nada porque no está robando. Robar es cuando es cantidad, pero robar un pedacitico para comprarle comida a sus hijos, para sobrevivir, eso no está mal”.
Otra de las personas enfatizó que cualquier trabajador, obligado por la necesidad y los bajos salarios, que vea la posibilidad y la facilidad de adquirir algo, lo hará para subsistir.
“Ellos lo toman, no como un robo sino como una necesidad. La necesidad que tiene el trabajador de mantener a una familia y darle de comer. Los 250 0 300 pesos que gane alguien al mes no alcanza para eso” sentenció.
“Robar poco, no es robar”
La distorsión de los valores, promovida desde el mismo régimen castrista por décadas, convirtió a las ciudadanos en sobrevivientes, para quienes comer sigue siendo su misión diaria, alejados de cualquier pretensión altruista o basada en valores.
“Ahora mismo yo tengo tres muchachitos y si yo estoy trabajando con pan, yo tengo que llevarle unos pancitos para que mis hijos sobrevivan, no puedo dejar que se me mueran. Sí estoy trabajando con carne, tengo que llevarme un pedacito, no es tampoco una cantidad grande como hacen muchos”.
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La corrupción
Todas las encuestadas ratificaron que la corrupción es aquella que lleva a robar para hacer un negocio o para enriquecerse.
“La corrupción es cuando es mucha cantidad y son los mismos jefes quienes pueden decir me voy a llevar x cantidad” explica una cubana.
De esta manera, la actual generación se adaptó a las creencias que mejor se adhieren a su lucha cotidiana, en la que “robar” no es malo si es al régimen.
No existe apego, respeto ni agradecimiento hacía la dictadura que los oprime desde la década de los años 60, por el contrario, en sus mentes persiste una especie de venganza que los hace disfrutar la mala acción, o quizá sólo esté motivada por un deseo de justicia reprimido que termina tomando la justicia en sus manos, literalmente.
Redacción Cubanos Por El Mundo
