Bachaquear: el nuevo termino que se usa en Venezuela para ilustrar la reventa de productos de forma ilegal por fuera de los controles del régimen y con costos calculados en dólares. La sangre es el nuevo rubro a comercializar ilegalmente.
El bachaqueo es una consecuencia de la escasez de alimentos y medicinas, pero ahora es también llevada a la sangre producto de la escasez de reactivos para procesarla, según reseña Diario Las Américas.
Y es que desde septiembre de 2017, el régimen de Maduro dejó de comprar importar la serología necesaria para evaluar el tejido líquido, lo que ha profundizado la crisis dentro de los 137 bancos de sangre de los 23 estados del país.
El 70 por ciento de los bancos de sangre están paralizados y ahora se registra un fenómeno más que ilegal, inhumano: la venta o “bachaqueo” de sangre.
Legislación
En Venezuela el “bachaqueo” de sangre humana o sus componentes es castigado con prisión de 4 a 8 años, según el artículo 39 de la Ley de Transfusión y Bancos de Sangre, pero eso no atemoriza a quienes cometen ese delito.
Esta práctica coincide con la última Encuesta Nacional de Hospitales que señalaba que 80 por ciento de los servicios hospitalarios del país están inoperativos.
En el caso de los laboratorios están prácticamente cerrados en su totalidad por falta de reactivos.
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La importancia de los reactivos radica en que son los que descartar la presencia de enfermedades como hepatitis B, hepatitis C, VIH, sífilis, el virus linfotrópico humano y el mal de chagas; para poder ser usada en transfusiones.
La Coalición de organizaciones por el derecho a la salud y la vida (Codevida), reportó que en al menos seis estados de Venezuela se ha vendido la sangre.
Maribel Meléndez, secretaria general de la Sociedad Venezolana de Hematología (SVH), informó que las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos médicos que requieren transfusiones, tanto de emergencia como electivos, se han reducido a un mínimo poniendo en riesgo la seguridad y en muchos casos la vida de las personas.
Investigación
Francisco Valencia, director ejecutivo de Codevida, estima necesario que las autoridades del ministerio de salud investiguen la situación del tráfico o la venta en el mercado negro de la sangre.
“Pacientes renales ante el desespero de transfundirse están adquiriendo la sangre en el mercado negro donde están cobrando, por cada unidad, hasta 7 millones de bolívares, lo que equivale a 30 dólares al mercado paralelo”, indicó Valencia.
Además de los riesgos que supone adquirirla ilegalmente Valencia, advierte que esta comercialización trae varios problemas para quien la adquiere en su desesperación: desconocen si ha pasado por los protocoles de reactivos que necesita, así como si está contaminada por algún tipo de condición o enfermedad.
Redacción Cubanos por el Mundo