Las “perreras”, una alternativa indigna pero útil ante el caos que reina en el transporte público en Venezuela, son la solución ideada por autoridades de la capital venezolana bajo el eslogan “Por Amor a Caracas”, ciudad en la que los pasajeros se aglutinan en cientos tratando de conseguir un medio de transporte, aunque en muchos casos, éstos representen un riesgo para la vida. Según EFE.
“Lo más difícil es volver a casa, hay más gente que autobuses, también he faltado al trabajo porque espero durante horas en cola y no llegan”, expresó Luisa Peña, una usuaria de 27 años que al tardar horas a la espera de un colectivo en una parada de La Yaguara, en el oeste de Caracas, decidió subir a una “perrera”.
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En el viaje, casi medio centenar de personas se apretan junto a Peña en la parte trasera de un camión, al que además le falta la puerta de la cabina posterior y donde cada quien trata de aferrarse a algún borde o baranda para evitar caer en el vaivén del improvisado medio de transporte.
Sin repuestos
Un total de 80 unidades asignadas para las rutas del oeste capitalino, incluida La Hoyada, reguladas por la empresa Colectivos del Norte, sólo mantiene dos buses activos debido a la falta de repuestos, las otras 78 unidades de la Mercedes Benz permanecen “varadas”.
“Queremos trabajar, llevar el sustento a la casa ¿Quién no? Tenemos fe de que esto pueda cambiar”, dijo Luis Bolaño, administrador de la compañía, lamentando también las pocas ganancias que les deja la regulación de las tarifas, que no se ajustan a la realidad económica del país.
Según ha denunciado el Comando Intergremial de Transporte, alrededor del 90 % de 300.000 unidades que cubrían las diversas rutas del país están en “paro técnico” por falta de repuestos.
“Un caucho puede llegar a costar fácilmente 1,000 millones de bolívares (12,500 dólares a la tasa de cambio oficial) y el (servicio) carro no los produce”, declaró José Luis Trocel, secretario del gremio.
Redacción Cubanos Por El Mundo