Diplomáticos canadienses rompen el silencio y denuncian la situación en la que viven en La Habana, Cuba. Se quejan de que las autoridades de su país no tomaron precauciones suficientes tras los primeros síntomas provocados los “ataques acústicos” los cuales ellos califican como el síndrome de La Habana. Por otro lado, señalan el permanente asedio de la inteligencia cubana a su alrededor; según reseña Toronto Star.
Y es que los funcionarios de alto rango han sentido una constante violación a su privacidad. Lo reportan en sus automóviles, sus hogares, en sus teléfonos celulares. Los canadienses relacionan los “ataques acústicos” con las medidas de espionajes y reclaman la intervención de sus autoridades.
Creyeron que luego del primer incidente con los “ataques acústicos” que también afectaron a los estadounidenses, las cosas iban a cambiar; pero lo que denuncian es que los enviaron de nuevo a La Habana sin ninguna medida de protección adicional.
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Ahora, la noticia trasciende en medios canadienses y los afectados esperan que se tome cartas en el asunto.
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Por su parte, las autoridades canadienses sostienen que inicialmente se pensó que el problema era únicamente de naturaleza acústica. Destacan que las preocupaciones sobre lesiones cerebrales solo surgieron meses después.
“Actuamos con la información que teníamos en ese momento”, dijo un funcionario.
A senior official told the Star that it was initially thought that the problem was acoustic in nature and that concerns about brain injuries only emerged months later. https://t.co/SKttP8di3L
— Toronto Star (@TorontoStar) July 7, 2018
Pero aunque las autoridades canadienses ya han tomado cartas en el asunto y confirman estar informados al respecto; los afectados se quejan de que evaluaciones médicas son “fragmentadas, lentas e inconsistentes”. Esta es una de las razones que retrasan el diagnóstico y el tratamiento.
De cualquier forma, parece que los funcionarios canadienses seguirán en riesgo. Y es que la Asociación Profesional de Oficiales del Servicio Exterior de Canadá, informó en febrero de 2018 que “la continuidad de las operaciones de la misión tenía prioridad sobre la seguridad”.
Redacción Cubanos por el Mundo