Los cubanos reciben preocupados las nuevas regulaciones de Estados Unidos con Cuba. La administración de Donald Trump, limitó los viajes de estadounidenses a la Isla, afectando los cruceros.
Un reportaje de la agencia EFE; detalla que con las regulaciones, los cubanos temen que comiencen a faltar los clientes.
“Me diste malas noticias. Cuando aquí no entran cruceros no hay clientes”, dice uno de los antillanos entrevistados.
La prohibición de los viajes en crucero a Cuba podría afectar en los negocios privados del centro histórico de La Habana, desde restaurantes y tiendas de souvenirs hasta los emblemáticos automóviles clásicos, a pesar de que la administración de Donald Trump exige, que quienes pretendan viajar a la Isla, deben hospedarse y usar los servicios que ofrecen los cubanos y no el régimen.
Los cruceros de navieras como Carnival y Norwegian llevaron a Cuba a 340.000 estadounidenses en 2018, el doble que el año anterior, lo que situó al país norteamericano como el segundo mercado emisor de visitantes a la Isla (con un total de 638.000) solo por detrás de Canadá, según datos del Ministerio de Turismo.
Con el “deshielo” promovido por Raúl Castro y Barack Obama, los negocios en la capital se multiplicaron y los cuentapropistas comenzaron a proliferar.
Estos abarcan desde ambiciosos restaurantes con pantallas gigantes, bares de cócteles, estudios de artistas o tiendas de ropa tradicional hasta el humilde puesto de Yolaina la peinadora, experta en llenar de tirabuzones y trenzas las cabezas de los turistas a la sombra de la basílica de San Francisco de Asís.
Yolaina, una cuentapropista de La Habana, informó que “me quiero morir”, ya que más de la mitad de sus clientes, vienen en cruceros.
“¿Cómo no van a poder venir los cruceros? Si son la única entrada que tenemos, porque ya casi no hay turismo aquí ya”.
Yoasi García, que regenta una tienda de recuerdos en la zona, comparte una preocupación similar.
“Estamos sobreviviendo por los cruceros. Creemos que si caen los cruceros caerán los negocios aquí también”.
Sin embargo, el optimista y afirma que “los cubanos somos tremendos, estamos adaptados a vivir en cualquier etapa, clima y época. Somos fuertes”.
Los dos cruceros amarrados este martes en el puerto de La Habana podrían ser los últimos procedentes de EEUU, ya que la prohibición entraba en vigor en 24 horas. Sus pasajeros, sin embargo, se dispersaban por las calles de la ciudad sin saber que probablemente sean los últimos en disfrutar de este tipo de vacaciones, al menos por una buena temporada.
Redacción Cubanos por el Mundo