El régimen cubano trasladó al pastor Ramón Rigal a un régimen de máxima severidad en la cárcel de Guantánamo, esto tras recibir una condena de dos años por querer educar a sus dos hijos en casa.
Según informó a Martí Noticias su hija, Ruth Rigal, su padre “no cometió ninguna indisciplina” que justifique el trato inhumano que se le está dando.
La fase de mayor severidad está destinada, según el reglamento penitenciario cubano, a reclusos con penas de muerte conmutada, para los que han cometido hechos delictivos de marcada relevancia en la prisión, entre otros delitos graves.
La joven indicó que ahora el pasto no puede optar por una libertad condicional y solo se puede visitar una vez al mes.
El religioso deberá cumplir dos años de prisión por el delito de “otros actos contrarios al normal desarrollo del menor” y por “asociación ilícita”, porque su iglesia no está reconocida por el régimen.
Su esposa, Ayda Expósito, estará encarcelada por un año por el primer delito.
“En octubre a mi mamá tienen que darle la libertad condicional. A ella la pusieron a trabajar en el puesto médico de la misma prisión”, explicó Ruth Rigal.
Con anterioridad, el pastor y su esposa habían sufrido prisión domiciliaria por igual motivo, practicar la educación en el hogar, probada en muchos países como una opción legal.
Redacción Cubanos por el Mundo
