Un joven cubano se retiró el nasobuco para fumarse un cigarrillo en una parada de transporte en La Habana Vieja y terminó llevado a juicio.
Fabián Grunet fue detenido este lunes por agentes de la policía cubana, pese a que antes de su detención estuvo dispuesto a colocarse nuevamente la mascarilla.
Según describió la esposa del detenido, Yirandis Ribaleido, se encontraba junto al cubano y su pequeño hijo de seis años, guardando la distancia de un metro entre cada persona.
Cuando el joven cubano se quitó el nasobuco para comenzar a fumar, pasaron tres carros de la policía y aunque dos siguieron de largo, uno viró para llevárselo sin mediar palabra.
“El niño que tiene 6 años, que le tiene pánico a la policía porque ha visto cosas, cómo golpean a la gente en la calle, le tiene pánico”.
Su madre, Lorenza Grunet, comenzó a buscar explicaciones, según detalló a Cubanet.
“Supe de su paradero porque me dirigí a la unidad de Zanja. Buscaron en la computadora y me dijeron que estaba en la unidad de Cuba y Chacón… y desde que llegué ahí me maltrataron de la peor forma”, denunció Grunet García.
Asegura que allí le dijeron puras “mentiras”.
“Primero me dijo que estaba por desacato, por desobediencia. Luego me botaron cuando pedí hablar con el jefe de la unidad”.
Pero lo que vio mientras buscaba a su hijo, solo la preocupó aún más.
Denunció que el joven cubano estuvo hacinado junto al menos 25 personas más en un “cuartito chiquito”, pese a las indicaciones de distanciamiento social tan repetidas en los medios del Estado.
“Están peleando por el nasobuco pero ahí mismo están ahí todos acumulados, entre uno y otro no hay ni 10 centímetros”.
Luego enfatizó: “Una cosa es tomar medidas y otra es tomar represalias, que eso es lo que está haciendo la policía actualmente.
Redacción Cubanos por el Mundo
