En México, la negligencia provocó un masivo contagio de COVID-19 entre el personal médico del Hospital General de Zona 57 en Cuatitlán Izcalli.
Un grupo de trabajadores sanitarios de ese centro de salud empezó a notar que sus compañeros de guardia y los pacientes que estaban ingresados por otros padecimientos desarrollaban síntomas como fiebre, tos y dificultad para respirar.
En este sentido decidieron alzar la voz. Al menos una decena de médicos y enfermeras pidieron incapacidades, algunos con pruebas que confirmaron el contagio, según publica El País.
Las autoridades, en cambio, no reconocen en el papel ningún brote ni ningún caso confirmado.
En menos de 10 días, las solicitudes de pruebas, insumos médicos y equipo de protección se han disparado en un hospital que no tenía planes ni capacidad para afrontar la pandemia, pero que, en términos prácticos, ya lo está haciendo.
“La versión oficial es aquí no pasó nada, nadie nos da la cara”, afirma una enfermera que pide el anonimato.
El País destaca que siete trabajadores consultados, afirmaron que el brote apareció en torno al 7 de abril, cuando una paciente ingresó por la noche a la sala de urgencias con problemas respiratorios.
Dicen los trabajadores, que esta persona fue diagnosticada con influenza y que se le aplicó una prueba de coronavirus, que salió negativa. Pero se pone en duda el manejo adecuado de las pruebas e insisten en que se debió haber respetado la instrucción de no admitir a pacientes respiratorios.
“Fue una negligencia y una decisión que nos expuso a todos”
Enfermera del Hospital General de Zona57
La duda no bastó para que se iniciara una investigación epidemiológica y la hipótesis de una contaminación desde la sala de urgencias fue desechada por la dirección del hospital, lamentan los empleados.
Esa semana, la mitad de los 30 enfermos ingresados en medicina interna empezó con síntomas.
“Muchos son pacientes con insuficiencia renal, lupus o problemas del corazón, por definición, más vulnerables que un ‘enfermo normal”, explica una de las trabajadoras del turno nocturno.
“Ese mismo día me empecé a sentir mal, tuve fiebre, dolor de cabeza y dolor en todo el cuerpo y al día siguiente pedí que me hicieran la prueba”, cuenta una enfermera que está de baja con diagnóstico positivo.
Y ahí empezaron los problemas. “Otras dos compañeras se fueron de incapacidad y tuvieron que ser internadas, una de ellas tuvo que ser intubada”, asegura.
“No nos damos abasto, en mi guardia hay normalmente seis compañeras, ahora quedamos tres y tenemos que atender 35 camas entre todas”
Enfermera de Hospital General de Zona57
Las coincidencias en los testimonios permiten identificar una decena de casos, al menos sospechosos, entre el personal: cuatro médicos y seis enfermeras.
Otras fuentes aseguran que ese número supera los 20 contagios. No hay datos oficiales del IMSS para contrastar esa cifra ni una explicación que contraste la versión del personal sobre el brote.
El País, pidió durante cuatro días al Instituto que diera a conocer su postura, pero no recibió respuesta.
Los empleados tampoco han tenido acceso a una lista del personal ni de pacientes contagiados. “Estamos a merced del virus porque no sabemos con qué tratamos”, lamenta un médico con diagnóstico positivo.
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Redacción Cubanos por el Mundo