El abuso de poder y la ilegalidades en los procesos judiciales llegan a su peor punto con el caso de un cubano con diabetes y cáncer acusado de una presunta actividad económica ilícita.
Mario Gómez de 61 años es practicante del islamismo y conocido en redes sociales como Abu Bakr. Fue incriminado de vender más de cien tornillo de forma irregular.
Para nadie es un secreto que los operativos de la Policía Nacional Revolucionaria de Cuba (PNR) son un método del castrismo para hacer creer al mundo que la falla de los productos básicos se debe a los mismos ciudadanos que los desvían.
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Cubano con cáncer acusado de actividad económica ilícita
Lidelysa Suárez, esposa de Gómez, denunció ante los medios nacionales el abuso en el juicio al que fue sometido sin una debida investigación. Contó que todo inició cuando la PNR hizo un registro en su vivienda ubicada en el municipio Jagüey Grande, provincia de Matanzas.
Encontraron los tornillos y determinaron fueron vendidos a un tal Ramón Jorge Flores, el cual la pareja no conoce. Por el registro lo acusaron de delitos económicos y lo llevaron a jucio.
“Contamos con los recibos de compra de cada uno de los artículos decomisadas durante los registros, en su mayoría adquiridos en tiendas estatales, como productos de lento movimiento. Tengo licencia de productora-vendedora de artículos del hogar y llevo mi negocio desde hace más de cinco años”.
Suárez aseguró que en la corte los testigos eran los mismo funcionarios de la policía y otro hombres que afirman saber del caso pero es falso. A esto se suma que la jueza pasó por encima de los derechos de su esposo al no permitirse hablar en el juicio y rechazar un careo con el testigo para confirmar que era falso.
Acoso religioso
La familia considera que el abusivo juicio y la persecución en contra del plomero tiene que ver con su religión. Es practicante del Islam desde hace ocho años y no lo oculta a la comunidad.
“Siempre respetamos a las autoridades. Cuando mi esposo vendía, cuando él tenía su licencia, siempre lo hacía dentro de su casa. A mi esposo le han hecho tres registros y aquí, en Jagüey Grande, hay unos cuantos merolicos y no se meten con ellos. Inclusive, venden delante de sus caras”.
Por las acusaciones podría afrontar hasta un año de cárcel, lo cual sería una sentencia de muerte para Gómez tomando en cuenta que padece de diabetes y cáncer. Las condiciones de las prisiones cubanas son tan precarias que la familia teme que no aguante más que unos meses.
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De momento el régimen sigue haciendo estos operativos donde cazan a trabajadores independientes y los sancionan para demostrar que los problemas del pueblo no son su responsabilidad ante la comunidad internacional.
Redacción Cubanos por el Mundo