La prensa castrista continúa sacando reportes en contra de los llamados coleros y revendedores, donde los califican con comentarios despectivos como que son una “pandemia”, “coronavirus social” y en este caso un “peligro para la decencia y el civismo“.
Este grupo de personas que se dedica a marcas colas en los establecimientos, mientras esperan que lleguen los productos que más escasean y se distribuyan, siempre están siendo perseguidos por los funcionarios de las fuerzas del régimen, y enfrentando la campaña que la prensa castrista montó desde hace meses contra ellos.
El reporte televisado del periodista castrista de Canal Caribe Gianny López Brito dice que, durante la pandemia del COVID-19, la proliferación de estos coleros se agudizó “convirtiéndose en un peligro para la salud colectiva y para la decencia y el civismo.
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Asimismo, mencionó que las personas que se dedican a esto son egoístas e insensibles, por acaparar muchos de los productos que, rara vez están dispuestos en las vitrinas de las tiendas.
Para “respaldar” su afirmación, el comunicador realizó una encuesta en una cola de Las Tunas, quienes admitieron que han tenido que recurrir a la compra de los productos a los revendedores o coleros, pues no tienen tiempo para perderlo en una cola, las cuales se generan por la escasez y desabastecimiento.
cabe destacar que, el periodista continúa su arremetida en contra de los coleros y los tacha de desordenados y falta de respeto, sin embargo, no menciona el origen de esta práctica por que sería atentar en contra del régimen y la ideología comunista, de la cual, es un seguidor.
El origen de los coleros
Los llamados coleros no son más que una creación de la “revolución cubana”; ya que si bien este grupo de personas se aprovecha de la necesidad ajena, la misma surge por la crítica escasez bien se a de alimentos, medicinal, productos de aseo, e incluso el poco poder adquisitivo, para adquirir un electrodoméstico; estas personas compran el producto, luego de hacer unas enormes colas, para revenderlo a mayor precio, impulsados por la incertidumbre de que quizás el artículo no aparezca con prontitud en los comercios nuevamente.
Por si fuera poco, el régimen castrista no ofrece garantías laborales o un trabajo que realmente sea rentable, lo que motiva a muchos cubanos a ingresar a esta práctica, ya que difícilmente, en Cuba existe empleos formales que permitan pagar el altísimo costo de la vida.
Asimismo, la pandemia del coronavirus, hizo que la escasez de productos se incrementara aun más, gracias a la incapacidad de la dictadura para resolver ante la emergencia.
Los denominados “coleros” son una “obra hecha en revolución”, que por décadas, ha sumergido al pueblo a la miseria y a vivir en medio de la escasez de productos básicos, elementalmente por la falta de estímulos a la producción nacional, agobiada por la burocracia y la desinversión.