Una cubana residente en Santiago de Cuba, que cumple funciones como la Presidenta de la Cooperativa de Créditos y Servicios “Jesús Menendez”, se cansó de esperar que el régimen cubano distribuya comida y para no morir de hambre, se puso a cosechar sus propios alimentos en su patio.
La mujer identificada como Drianet Simón Beatón, comenzó su siembra en los primeros días del confinamiento por el COVID-19, sabiendo que la crisis sanitaria enrudecería el desabastecimiento en las tiendas de Cuba.
El periódico castrista Sierra Maestra, reconoce “la evidente escasez de algunos alimentos para el consumo familiar” y destaca que ese fue el motivo por el que la presidenta de la cooperativa y sus vecinos se dieron la tarea de cosechar sus alimentos.
La familia de Beatón aprovechó cada espacio para sembrar, por lo que tanto en el jardín, las placas de las casas, en neumáticos viejos y macetas, están plantados desde verduras y hortalizas, que evitarán que vayan a buscar en las tiendas.
Este patio cuenta con ají de ensalada, ají de cocina, pepino, acelga, remolacha, rábano, cebollino y berenjena, lo cual sirve para el consumo familiar y de algunos vecinos que participan en la producción, ya que todos tienen la necesidad de alimentarse.
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“Con estas producciones nos beneficiamos más de 25 casas, y aún estamos haciendo uso de todas esas hortalizas que tenemos en este barrio; todos participamos, los niños, las amas de casa, y aprovechando las facilidades que tenemos en esta zona con el agua, estamos cerca del río, bombeamos, llenamos las cisternas y así las regamos y mantenemos”,explicó la presidenta de la Cooperativa.
En los patios también se ponen a cosechar alimentos como el tomate, que son conservados para el periodo en el que no se de el fruto.
Es de recordar que, ante la incapacidad de distribución de alimentos a la población, el régimen cubano desempeña una campaña, para promover la siembra en casas de todo tiempo de alimentos, aprovechando cada pedazo de tierra, donde además sugieren que se cosechen calabazas, piñas viandas, entre otros; un discurso acompañado por las declaraciones del “puesto a dedo” Miguel Díaz-Canel en el que afirma que la “limonada era base de todo”.
