Ante la falta de respuesta por parte de Miguel Díaz-Canel, el reconocido escritor cubano Pedro Junco López, decidió redactar unas letras al “Señor del Espacio Sideral” pidiéndole intervenir para hacer entrar en razón a los dirigentes comunistas y apliquen, de una vez por todas, políticas coherentes que permitan sacar al país de la crisis en la que se encuentran desde hace más de 60 años.
Luego de que el escritor fuese expulsado de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), por haberle escrito al mandamás cubano, afirma que aún no recibe respuesta sobre la arbitraria medida, como tampoco por el cierre de su correo electrónico ni por la suspensión de su espacio Escritores al Bate “único espacio remunerativo de mi existencia”.
Destaca además que para los dirigentes revolucionarios, esos que se hacen llamar “del pueblo” es una “humillación” concederle un espacio “a este escritor de provincia”, colocando como punto de comparación el encuentro que tuvo el ex presidente Barack Obama con Pánfilo y sus amigos, o la más reciente entrevista exclusiva que le concedió Donald Trump al presentador cubano Alexander Otaola.

“Por eso solo tú, Dios de los creyentes y Naturaleza de los ateos, queda como último reducto a mis peticiones. Aparécete en sueños no solo al presidente Díaz-Canel, sino al GRAN HERMANO que lo dirige y hazles entender que solo podrán sacar al país de la miseria, abriendo la economía y permitiendo la prosperidad sin límites de todos aquellos que producen”.
Pedro Junco López asegura que el castrismo con sus política prohibitivas, causa más hambre de la que resuelve, ya que cada vez que “sus secuaces arrebatan un camión de plátanos que trasladaban al mercado, es un camión de plátanos que se traga la tierra y deja al pueblo con la boca abierta”.

Afirma que solo un “milagro” del “Señor de Espacio Sideral” podría convencer a los “obesos dirigentes” para que apliquen el “prodigio de los panes y los peces en el Sermón del Monte”.
“Haz que todo cubano, a las ocho en punto de la noche, cuando el Noticiero Estelar de la Televisión Cubana salga al aire, ponga frente a la pantalla de su televisor un saco vacío y de inmediato pueda llenarlo de cuantas producciones nacionales se desbordan por allí, incluyendo el café que hace varios días que no pruebo al levantarme, la carne de puerco desaparecida por completo de mi mesa y la leche pura, tal como la vemos caer en el cubo de latón jornada tras jornada”.
Redacción Cubanos por el Mundo