La campesina María del Carmen Vera, de la zona de Cruz de Neiva, en Cabaiguán, es quien tiene el privilegio de tener la planta que alimenta y cura enfermedades. Un árbol frondoso y llamativo, de hojas grandes y alargadas, que sobresale en el patio de su casa, por sus atractivos colores.
La señora María del Carmen explica que hace años sembró su planta, conocida como árbol de Mapén con unos retoños que le llevaron desde Oriente y creció fácilmente en el patio de su casa. Explicó que sus flores se convierten en grandes frutas redondas de aproximadamente 5 libras de peso.
“Al principio no me atrevía a comer sus frutos y solo lo utilizaba para cocinárselos a los cerdos, pero luego de probarlo en forma de tostones, en chicharritas que permanecen tostadas todo el tiempo y en otras recetas nunca más hemos dejado de consumirlo”, comentó.
Describió que las frutas tienen una cáscara verde y corrugada, que cambia a amarillo cuando madura, explicó que su olor es parecido al del maracuyá y la masa es de sabor dulce. La señora María contó que un día le regaló un Mapén a un visitante y éste luego le comentó que lo había preparado en batido.

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Con un amplio uso curativo aparece también el árbol del Mapén, pues todas sus partes pueden utilizarse en la medicina tradicional; por ejemplo, el látex, que es un adhesivo natural y sirve también para calafatear embarcaciones, se emplea contra la neuralgia, la diarrea y los cólicos; las raíces son purgativas, y maceradas tienen un uso dermatológico; además de otros fines, la hoja hecha tisana reduce la presión sanguínea y contrarresta el asma, quemadas, repelen los mosquitos, por solo citar algunos beneficios.
El árbol del Mapén, como le llama María del Carmen, surgió en las conocidas islas de las Especias, en Indonesia, hace unos 3 000 años y luego llegó a varias regiones tropicales, especialmente a las Antillas donde se supone fue traído por migrantes y colonizadores. La planta puede superar los 18 metros de altura y florece dos veces al año y casi siempre lo hace en época de verano.
El árbol del Mapén, que crece frondoso en el patio de la señora María del Carmen, muestra un caudal enorme de perspectivas alimenticias y medicinales, por lo que significaría una buena idea, reproducirlo en otros hogares o haciendas.
Redacción Cubanos por el Mundo