Desde el inicio de la pandemia una denuncia ha sido persistente: las condiciones en las que el personal médico y los estudiantes de medicina deben enfrentar en Cuba la COVID-19. En un reciente reporte de la Agencia Cubana de Noticias, donde se habla del combate dado por los futuros galenos, se muestran imágenes de cómo salen vestidos a realizar las labores de pesquisa en momentos donde el virus se encuentra en alza.
Con nasobucos de tela, sin guantes quirúrgicos y sin caretas para reforzar la protección, salen los estudiantes de Medicina a las pesquisas casa por casa. “¿Qué estrategia no está funcionando?” se pregunta un reportaje de TV Camagüey que muestra la precaria indumentaria de quienes realizan puerta a puerta, las pesquisas en la provincia, situación similar en el resto del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que las mascarillas (nasobucos) utilizados por el personal de salud deben ser médicas, considerando que están en la primera línea de combate. Lo mismo corresponde para quienes prestan atención a las afueras de un centro de salud de pacientes con COVID-19 o bajo sospecha. Agrega que las mascarillas de tela podrán ser utilizadas por la población general de menos de sesenta años que no presenten síntomas de salud.
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Partiendo de la premisa que las labores de pesquisa realizadas por los estudiantes de medicina en Cuba se realizan para descartar casos sospechosos, y pudiendo toparse con estos, además de ser ellos quienes tienen continuo contacto con toda una comunidad, su equipamiento contra el virus debería estar reforzado.
Sin embargo, desde el inicio de la pandemia el personal médico en Cuba ha estado expuesto al virus por la falta de indumentaria, de materiales de protección e inclusive por la ausencia de agua potable en los centros asistenciales.
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Redacción Cubanos por el Mundo