John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, afirmó que el mandamás cubano Miguel Díaz-Canel, se ha quedado sin “sugar daddies” en referencia a países de los cuales depender económicamente, en medio de una fuerte crisis económica que azota a la nación caribeña desde que el castrista asumió la “presidencia”.
En un artículo publicado por el diario El Nuevo Herald, el experto detalla que el sistema comunista bajo el mandato de Díaz-Canel, ha tomado decisiones económicas alejadas de su ideología, pero el error está en que una vez aplicadas y que comienzan a surtir algún tipo de efecto, se imponen férreos controles.
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“Le da una base para hacer cambios que no se habrían hecho de forma voluntaria”, dijo. “Cuba tiende a hacer cambios solo cuando siente que tiene que hacerlo, y luego, una vez que siente que ha pasado el problema, vuelve a retroceder. La administración Díaz-Canel no tiene ese lujo. No hay sugar daddies que acudan en su ayuda”.
Ahora con un cambio en el seno del Partido Comunista de Cuba, con la posible salida de Raúl Castro como la cabeza, Díaz-Canel podría ser su sucesor, pues según Kavulich, este ha sido “preparado” para ello.
“Díaz-Canel era, y sigue siendo, un burócrata, un tecnócrata, no amenazante, desde el punto de vista físico. Ha iniciado el proceso de normalización del papel de la presidencia en Cuba por primera vez desde antes de la revolución”, dijo.
Ese aire de “evolución” que podría inspirar Díaz-Canel en algunos cubanos, ya que no viste un uniforme verdeolivo, es rápidamente sofocado por su discurso marxista y consignas revolucionarios que en 60 años solo han servido para generar discordia entre los cubanos.
William LeoGrande, experto en América Latina y profesor de la American University, asegura que Díaz-Canel fue visto en su momento como un joven “vigoroso y de mente abierta”, pero luego de un discurso en 2017 con funcionarios de su partido, en el que se mostró intransigente y aseguró que Cuba no tendría relaciones con Estados Unidos, esa figura se cayó totalmente.
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Ahora bajo el mandato de Miguel Díaz-Canel en Cuba, el país vive una crisis económica que recuerda al llamado “Periodo Especial”, donde los cubanos deben hacer inmensas colas para adquirir algo de alimento, mientras el coronavirus pone a prueba en golpeado sistema de salud cubano.
Todo esto mientras los opositores al régimen, que se hacen escuchar cada día más, sufren una fuerte represión.
La crisis de “continuidad” en Cuba
Pero uno de los mayores problemas que tiene Miguel Díaz-Canel es la llamada “continuidad” que profesa en cada uno de sus discursos.
En 2020, Cuba tuvo una contracción del 11 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB) que revelan las graves fallas de la economía comunista. El Turismo, uno de sus principales motores de la economía, ha sido brutalmente golpeado por la pandemia del coronavirus y este 2021 no parece muy prometedor.
Países aliados a Cuba parecen no estar interesados en “meterle la mano” a Díaz-Canel. Venezuela vive su propia crisis interna y está aferrada a otras potencias comunistas como Rusia y China. Estas dos, parecen no tener ningún interés en mantener relaciones abiertas con la isla cárcel.
La salvación de Cuba radica en el empoderamiento del sector privado y alianzas con otros países que permitan revivir el aparato productivo de la nación, pero esto significa ceder en ámbitos sociales y económicos, algo que la “continuidad” de Miguel Díaz-Canel no está dispuesta a aceptar, pues podría conllevar al fin de su fracasado modelo político.
Redacción Cubanos por el Mundo