El prisionero político Pablo Moya Delá, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), recibió una golpiza propinada por presos comunes que cumplían órdenes de las autoridades carcelarias. Así lo denunció el líder de la organización opositora, José Daniel Ferrer, a Radio Martí.
El opositor reveló, además, que el prisionero de 65 años cumple siete días en huelga de hambre en la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba.
“Pablo Moya Delá está ya en su séptimo día de huelga de hambre después de que fuese agredido y herido por delincuentes comunes que cumplen órdenes de la policía política (…) cumplen las misiones que les encomienda la policía política a cambio de beneficios materiales”
agregó el líder de UNPACU
Según José Daniel Ferrer, la razón del incremento de la violencia contra los presos políticos “se debe a que el régimen quiere encarcelar a los que destacan ahora mismo en el activismo”.
Injusta detención de Pablo Moya Delá en La Habana
Pablo Moya Delá fue arrestado en septiembre del año pasado en La Habana, Cuba. La razón de su arbitraria detención fue el reclamo que realizó el opositor, quien pidió pacíficamente el cese de la represión y el abastecimiento en tiendas estatales.
Días después fue enviado hacia Santiago de Cuba, su lugar de nacimiento. Posteriormente llevado a prisión, por un supuesto delito de “evasión de impuestos”, un cargo inventado por el régimen para encarcelar al opositor de la UNPACU.
En prisión, Moya Delá fue diagnosticado con COVID-19 el pasado mes de marzo. Aunque le queda poco tiempo para cumplir la condena impuesta arbitrariamente dentro del penal, el régimen decidió orquestar una golpiza en su contra debido a su marcada posición política anticastrista.
En relación a la UNPACU, Ferrer se refirió al hostigamiento en los alrededores de la sede principal del grupo opositor, en el reparto santiaguero de Altamira. La cual -de acuerdo con sus palabras- “no ha disminuido”.
Redacción de Cubanos por el Mundo