Presos políticos de Camagüey secuestrados por el régimen castrista, denunciaron recientemente las condiciones infrahumanas en las que permanecen en sus respectivos penales en esa provincia.
Uno de los denunciantes fue el líder de la Unidad Camagüeyana, Virgilio Mantilla. El opositor, actualmente recluido en la cárcel de Kilo 7, reveló a Radio Martí que dentro de ese recinto penitenciario, el director del mismo ordenó crear a un grupo de reos comunes con el fin de reprimir a quienes protesten por las pésimas condiciones.
Por si fuera poco, dentro del penal también están repartiendo fármacos para mantener a los prisioneros prácticamente drogados.
“Aquí de lo que yo me he dado cuenta, es que no falta nunca la pastilla para los presos. No hay alimento, no hay medicina, lo mismo con el avituallamiento”,
relató Mantilla.
Trascendió que fue el jefe de Kilo 7, identificado como el mayor “Didier”, ordenó el pago de 2.100 pesos a los reclusos comunes que buscan violentar a los presos políticos.
“Nos convocaron a una reunión donde nos amenazaron e informaron que teníamos que estar tranquilos, porque ahora vendrían las cosas más difíciles, y que habrá más problemas con la alimentación”.
Otra situación similar atraviesa Dixán Gainza Moré, recluido hoy en día en la cárcel de Kilo 9, también de Camagüey.
El preso político reveló que los medicamentos dentro de la cárcel brillan por su ausencia, y que lo único que reciben son justamente esos fármacos que no hacen más que ponerlos a dormir. De igual manera, señaló que la ración de comida que reciben es mínima, insuficiente para saciar el hambre de cualquier ser humano.
“Una bola de pan chiquita de la tienda, que la pican hasta en cuatro pedazos para darle a cada preso. En este momento están cocinando con leña, que está verde y mojada”.
El opositor agregó que, por si fuera poco, dentro de esa prisión hay un brote de sarna, además de “chinches en los colchones y cartones” y ratones que se pasean a placer por las celdas.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
