Un total de 24 comunidades rurales de Cuba, localizadas en siete provincias, se iluminan con grupos electrógenos y combustible diésel.
Se trata de asentamientos poblacionales apartados, donde se reporta una población envejecida y bajos niveles de natalidad.
De acuerdo a un extenso reportaje del periódico estatal Escambray, al menos en Sancti Spíritus hay tres de estos pequeños poblados.
Cuarto Congreso, Yaguá y Alazanes son las localidades cuyos habitantes, en su mayoría, dependen de las labores agrícolas.
Ofelia Batista se trasladó del oriente cubano hasta Guaranal, otra comunidad pequeña y prácticamente olvidada en el municipio espirituano de Fomento.
En este caserío, precisa la nota, los habitantes “hasta ahora se iluminan unas pocas horas al día con grupos electrógenos y combustible diésel, sin posibilidades de abastecerse por el Sistema Electroenergético Nacional”.
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La mujer cultiva plátanos y boniatos, cuida al ganado o con una yunta de bueyes carga agua desde el brocal del pozo.
Es una de las pocas personas que habitan allí y que, “sabe valorar los beneficios de disponer de energía eléctrica durante todo el día”, añade el medio castrista.
Cuba entera se ilumina “pocas horas al día” y no solo estas comunidades rurales intrincadas
El reportaje de Escambray tiene la vana intención de aportar “luz” y esperanza a los habitantes de estos olvidados parajes.
Este propósito choca con la cruda realidad que se vive en el país, donde la gente disfruta de la electricidad “pocas horas al día”, como en Guaranal.
La revolución socialista que ofreció y prometió lo imposible a los ingenuos que en 1959 aplaudieron a los barbudos, hoy no tiene forma de corresponderlos.
La misma que llevó a cabo la “revolución energética”, idea macabra impulsada por Fidel Castro Ruz, ahora es incapaz de mantener alumbrada a toda la Isla.
Es la “robo-ilusión” que se deshace, entre hoteles y ferias, entre caravanas y actos de repudio, entre patrullas recién compradas y centrales eléctricas flotantes para la capital.
Es el régimen totalitario cuyo títere, Díaz-Canel, anda por el mundo “buscando migajas para apuntalar su fallido sistema”, como dijera la congresista María Elvira Salazar.
Ofelia, que vive sola y pasa mucho trabajo porque “no tenemos buena corriente”, debe levantarse a las 4:00 am para dejar todo cocinado.
O sea, como todas las madres de Cuba.
Ofelia, dice que le gusta la “musiquita” y que carga el agua todos los días, prácticamente la misma escena que se vive en todos los hogares cubanos, rurales o no.
Zapatear la energía para lo más recóndito de #Cuba
— Escambray (@escambraycu) November 16, 2022
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Investigadores espirituanos, junto a expertos de la @OSDE_UNE , desarrollan un proyecto con fuentes renovables para abastecer a una veintena de intrincadas comunidades en el país #SanctiSpíritus https://t.co/DV8Qp8hYsN pic.twitter.com/9IRJ6OcReO
Guaranal, dice el reportaje, “resucita” gracias al proyecto Fuentes Renovables de Energía como apoyo al desarrollo local (FRE local).
Este supuesto proyecto comunitario “pretende mejorar el suministro de electricidad en 21 comunidades de siete provincias del país”, incluidas las tres espirituanas.
Los investigadores espirituanos, junto a expertos de la Unión Eléctrica, iniciaron el “estudio” en el año 2019 y podrían extenderse ¡hasta el año 2025!
De esta forma podrían “potenciar el desarrollo en estos lejanos parajes a partir de un mayor acceso a fuentes energéticas limpias, siempre en función de sus capacidades productivas, ya sean agropecuarias, cafetaleras, pesqueras…”
O sea, que demoran 6 tortuosos años, para que Ofelia pueda poner equipos nuevos, ver el televisor por la noche y no cargar más el agua.
Ofelia y los que allí habitan, terminarán yéndose de Guaranal y algunos probablemente del país si pudieran, a esperar que se cumplan las promesas de los “investigadores” y “expertos” espirituanos.
Redacción Cubanos por el Mundo