Cubanos arribando por la frontera EEUU-México (Foto: cnn.com)
LA HABANA, Cuba.- El debate sobre el fin o la transformación de la Ley de Ajuste Cubano tenderá a intensificarse en los próximos meses.
Lo que no admite variaciones es el deseo mayoritario de los cubanos que residen en la Isla de instalarse en cualquier estado de la unión estadounidense y venir como turistas a disfrutar de los oasis capitalistas que los gerifaltes del socialismo han instalado por todo el territorio nacional para mantener a flote la maltrecha economía.
Mientras se acrecientan los esfuerzos por reformar la disposición que favorece con permiso de trabajo y residencia a los nacionales que lleguen por vía marítima, en la Isla suenan las alarmas.
Escapar antes que se cierren las puertas al sueño americano es la aspiración de miles de coterráneos. Ninguno de los candidatos a probar suerte sobre una embarcación o atravesando las selvas centroamericanas hasta la frontera sur del estado de Texas, cree que su vida pueda ser diferente bajo la sombra del modelo que maquillan con reformas económicas parciales y promesas recicladas.
“Esto no tiene remedio. Hay que irse como sea. La situación está cada vez peor. Llegué a pensar que con la visita de Obama las cosas irían cambiando, pero nada de eso. Seguimos en las mismas, esperando por mejoras que no van a llegar nunca”, expresó una joven, residente en la capital, a condición del anonimato.
Ella pretende marcharse junto a su única hija. El apartamento de un cuarto que habita junto a su abuela materna está en venta a la espera del mejor postor. Ya ha tenido varias ofertas, sin embargo admite que puede sacarle más provecho.
Esta es una de las formas de sufragar viajes, cada vez más costosos, debido a reforzamientos en los controles migratorios de los países de tránsito y del patrullaje en las aguas del Estrecho de la Florida, lo cual se traduce en el alza de las tarifas a pagar a “coyotes” y lancheros.
Puede ser que el senador Marco Rubio y el representante Carlos Curbelo, ambos de origen cubano, tengan éxito en sus intentos de llevar al pleno de las dos alas del Congreso una legislación que condicione los beneficios a los prófugos del socialismo.
Las gestiones por reformular la letra y el espíritu de la ley han exacerbado la polémica dentro de la comunidad cubano-americana. Tanto los elogios como los rechazos muestran argumentos razonables.
Es cierto que muchos se benefician sin ser, en términos legales, perseguidos políticos. Habría que analizar cuáles serían las consideraciones para recibir tal clasificación.
Por otra parte las sistematicidad de las evasiones actúan como una válvula de escape que alivia la presión social, además del soporte económico que representa el millonario envío de remesas que van a parar a las arcas del gobierno.
En medio de las controversias, el fenómeno apunta a un crecimiento, aunque en el futuro se reduzcan o desaparezcan las posibilidades de ser beneficiado.
Pocos en Cuba aceptan que se pueda vivir decentemente y con orden en el socialismo.
Los anuncios que describen la voluntad de la nomenclatura en revitalizar el sistema de partido único y economía centralizada, bastan para comprender las causas del indetenible éxodo.
oliverajorge75@yahoo.com
