
El “deporte revolucionario” orgullo del fidelismo y “demostrativo de la superioridad del estatal-socialismo sobre el capitalismo y su deporte rentado”, está siendo demolido a cañonazos millonarios y no por el bloqueo o la intervención directa de las tropas imperialistas.
El área de mayor impacto se identifica en la pelota, donde ya pudieran formarse varios equipos con toleteros y guantes de oro del patio que han ido a parar a las ligas profesionales, especialmente a las de EEUU.
El caso más sonado, por tratarse de un estelar que “aguantó hasta el final”, fue el de Yulieski Gurrielquien hacia años añoraba jugar en las Grandes. Y es que muchos de estos peloteros no se fueron tanto por ganarse millones, como por demostrar su capacidad en el mejor torneo del orbe y de paso, evidenciar la calidad de la pelota del patio.
Otras áreas de impacto importantes han sido el boxeo, el atletismo, el voleibol y el baloncesto.
Los estragos fueron evidentes en la última Olimpiada de Brasil, donde el medallero cubano quedó distante de anteriores competencias, mientras cubanos “desertores”, “excubanos” según Randy Alonso, subían al podio con banderas de otros países.
Pero de esos detalles han tratado otros articulistas que saben mucho de pelota. Aquí vamos a referirnos a las causas e implicaciones sociales políticas y económicas de este bombardeo.
Como es sabido, todo ese obstentoso y triunfalista “deporte revolucionario” se sustentaba en la ayuda económica que llegaba a Cuba en la época de la Guerra Fría, gracias a la URSS fundamentalmente. Se presentaba como uno de los logros revolucionarios demostrativos de la superioridad del “socialismo” sobre el capitalismo, pero todo aquel andamiaje que lo soportaba se vino abajo con la caída de la URSS y el llamado campo socialista.
A partir de entonces, a nivel internacional, el deporte “amateur” del “socialismo” fue dejando espacio al deporte “rentado” o profesional, bien pagado por empresas comerciales, cadenas de televisión, anuncios, gobiernos, agencias profesionales y grupos de fanáticos que pagan mucho dinero por presenciar en vivo y en directo un evento deportivo de alta calidad.
El deporte en todos los antiguos países “socialistas” se fue adaptando al profesionalismo y sus estrellas “amateurs” se fueron mezclando en los equipos profesionales internacionales, representando a sus países solo ocasionalmente en eventos como Copas Mundiales y Olimpiadas.
En esos mismos Estados antes “socialistas” fueron surgiendo ligas profesionales que fueron creciendo con el desarrollo del mercado y muchas de sus estrellas actuales ya no tienen que ir a las ligas profesionales extranjeras, aunque no pocos militan en otras ligas sea porque pagan mejor o porque representan elites mundiales.
En el caso específico de la pelota, o béisbol, la meca del profesionalismo está en EEUU, donde siempre, antes de 1959, jugaban muchos cubanos, que también lo hacian en la liga nacional y en otros paises de la región beisbolera caribeña. Por eso no es extraño que los peloteros cubanos quieran ir allí a demostrar sus capacidades y mejorar también sus condiciones de vida, con niveles que todos saben por el piso en Cuba.
El único país que trató de mantenerse al margen del profesionalismo internacional, fue Cuba, por ese engreimiento de superpotencia inmaculada deportiva, superpotencia médica, superpotencia educacional, super…, glorias con que las autoridades fidelistas han pretendido identirficar sus logros nacionales e internacionales.
Pero “todas las glorias del mundo caben en un grano de maíz”.
Y como la internacionalización e integración de las economías generadas por el amplio desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo moderno no tiene barreras y el deporte, la medicina y la educación han evolucionado y crecido tanto con las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, pues aquellos “logros revolucionarios” que se han pretendido mantener al margen del desarrollo internacional se han ido quedando rezagados.
No es posible seguir ignorando las nuevas realidades y pretender vivir enlos viejos tiempos del estatalismo burocrático. Deportistas y profesionales de la medicina, la educación, las artes y todo lo que vale y brilla en Cuba, de una u otra forma han tenido que ir a beber de aquellas aguas del profesionalismo y echar a un lado el idealismo y el voluntarismo que caracterizó el estatal-socialismo.
Se nos van astros del deporte, miles de especialistas de alta calidad en la medicina formados en Cuba, la enseñanza en Cuba está en declive porque no se paga a los maestros por su trabajo ni se aplican las modernas técnicas de enseñanza, y todo, por el aferramiento de la “dirección histórica” al modelo estatal centralizado de economía y política, que no acepta ningun desarrollo fuera del estatalismo burocrático en crisis terminal.
Pero como el mundo ha cambiado y el pueblo cubano y sus fuerzas vivas vienen cambiando a pesar de todas las restricciones estatales, los cubanos se las van arreglando para vincularse a ese mundo desarrollado del profesionalismo en todas las esferas. Y ahí viene el desfase fidelista que sigue considerando “traidores” o “excubanos” a los que salen de Cuba en busca del desarrollo y los nuevos horizontes que los retrógrados en el poder quieren negar a los ciudadanos de este país.
Los cañonazos millonarios han dado resultados en el deporte. El bloqueo no sirvió para eso, ni a nadie se le ocurrió mandar a la 82 División Aerotransportada. El fidelismo, con gran miedo a su desaparición, hace todo lo posible por evitar que el fuego artillero del capital, la modernidad y las nuevas tecnologías se expandan por suelo cubano y de todas aquellas glorias revolucionarias, apenas quede el recuerdo.
Por Pedro Campos.
Publicado originalmente en Diario de Cuba